La Concordia, pueblo inmerso en el agua desde hace 43 años,derivado de la construcción de la presa hidroeléctrica Belisario Domínguez, emergió después de 16 años atrayendo a cientos de turistas.
Sin embargo, se prevé que sus vestigios vuelvan a quedar sumergidos en un lapso aproximado de 20 días, pues ya se presentan las primeras lluvias que pondrán fin a la sequía que dejó al descubierto las ruinas.
Es por eso que habitantes de la región, así como la comunidad turística nacional e internacional, además de estudiosos de la antropología social, aprovechan e invitan para admirar las ruinas de lo que una vez fue uno de los pueblos más prolíficos del estado y origen de la “Nueva Concordia”.
Turismo
Para los prestadores de diversos servicios, el que el nivel del agua bajara y de nueva cuenta se pudiera apreciar el viejo pueblo —casi a finales de mayo— representa un detonante económico importante.
Las redes sociales contribuyeron a que La Concordia, inundada por la Comisión Federal de Electricidad en el año de 1974, despertara el interés de propios y extraños para poder visitar “el pasado en el presente”.
“La actividad pesquera se encuentra baja y si bien venía gente de repente, no había negocio, estaba muerto», explicó la dueña de un restaurante a orillas del embalse.
El repunte turístico ha sido evidente, pues pescadores, restauranteros y comerciantes de la Nueva Concordia, nunca habían visto llegar tantos turistas al embalse como ahora, según manifestaron.
Antigua Concordia ha sido visitada incluso por extranjeros europeos y estadounidenses que se encontraban de paso en la entidad. Sin embargo, los lugareños invitan al turismo nacional e incluso del estado a disfrutar del efímero espectáculo.
“Si esta gente que viene de tan lejos se toma el tiempo de apreciar el espectáculo, con mucha más razón nosotros que estamos cerquita, y así abonamos a la economía de la región; los precios están bastante accesibles, qué se vengan a echar una vuelta por acá”, expresó Robusto Sánchez, comerciante de la zona.
¿Cómo llegar?
Para llegar al viejo pueblo es necesario estar en la cabecera municipal de la Nueva Concordia y dirigirse al embalse en donde hay que tomar una lancha, cuyo recorrido es de aproximadamente 10 minutos.
Don Ramón de los Santos, pescador, quien abandonó la antigua Concordia, casi a la edad de 17 años, sostuvo que tan sólo el pasado domingo 18 de junio, más de cuatrocientas personas la visitaron para conmemorar el 43 aniversario de haber sido reubicados.
“Ese día se celebró una misa al Señor de la Misericordia, patrono del pueblo; vino mucha gente de fuera porque los fines de semana es cuando más gente viene”, sostuvo.
El hombre, que actualmente cuenta con 59 años de edad, recordó cuando junto a sus padres y sus siete hermanos abandonaron el poblado.
“Fue muy difícil para nosotros porque no había comparación entre las tierras que dejamos y las que nos dieron. Las minas de sal fueron otra gran pérdida. Yo recuerdo que la Comisión prometió mucho y nunca cumplió”, explicó.
Sostuvo que un día después de regresar de trabajar con su padre vio a toda la gente reunida en la plaza de la antigua Concordia, habían llegado unos funcionarios de la paraestatal.
“Vagamente recuerdo que los representantes de la CFE les dijeron que para que hubiera más luz en el estado y en el país se iba a construir la presa en el río Grijalva, en Venustiano Carranza, y que si no nos íbamos, el agua de todos modos iba a inundar a nuestro pueblo. No había nada que hacer.
”El gobierno nos avisó unos días antes que ya teníamos que irnos porque el agua ya iba subiendo, entonces fuimos llevando nuestros aves de corral, animales, y nuestras pertenencias”, relató.
Don Ramón explicó que el nivel del agua comenzó a subir poco a poco, no fue de golpe. Fue el 11 de junio de 1974 que con el Señor de la Misericordia abandonaron la entonces Concordia.
Ese día lo tengo muy presente, mencionó, antes de irnos rezamos, todas las personas lloraron, más la gente grande, por los seres queridos que se quedaron sepultados en el panteón.
“Nos fuimos en procesión y un sacerdote iba hasta adelante con el patrón del pueblo”, detalló.
“Días después, la iglesia, el parque, la paletería, las dos escuelas primarias del lugar, de nombre Miguel Hidalgo y Emiliano Zapata, todo quedó bajo el agua y no volvimos a verlo hasta varios años después. Esta es la segunda ocasión desde 1974 que el agua bajaba tanto y podemos estar de nuevo en el pasado. Nos llena de emoción poder estar aquí otra vez”, expresó.
Don Ramón no volvió a ver ni a saber de muchos de sus amigos. La CFE dio dinero en efectivo a las familias que no quisieron aceptar las modestas viviendas que les ofrecieron en lo que hoy es Nueva Concordia.
La mayoría de casas que recibieron los pobladores eran de 20 por 40 metros; tenía un cuarto, una cocina, una sala y un baño.
Pescadores
Los pescadores son los que ofrecen el viaje a la antigua Concordia, el cual se cobra por lancha, no por persona.
“Somos conscientes y dependiendo cuántos son los integrantes de una familia, vemos de qué tamaño es la lancha para llevarlos. El viaje esta desde 250 hasta 500 pesos. Los podemos llevar el día que sea, siempre y cuando sea antes de las 5 de la tarde”, señaló don Ramón.
“Aunque tienen problemas de movilidad, abuelitos de edad avanzada que vivieron aquí ya vinieron a visitarlo con ayuda de sus familiares. Muchos de ellos aquí se casaron y vienen como a despedirse, es algo muy emotivo. Aquí dejamos nuestros recuerdos importantes, es el pasado de La Concordia y quiero invitar a toda la gente que venga a conocer nuestra historia”, agregó.