Dado que los municipios no tienen recursos suficientes para operar sus plantas de tratamiento y las autoridades federales procuradoras y operativas, como Conagua y Profepa desestiman el déficit de centros de tratamiento, Chiapas continúa desechando aguas negras a cuencas y caudales, que eventualmente son de consumo humano.
Datos Cruzados del Consejo de Cuenca de los ríos Grijalva y Usumacinta y la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en Chiapas confirmaron la existencia de 106 plantas de tratamiento de aguas residuales inservibles y 90 más, abandonadas por la falta de recursos municipales para su operación, destacando el abandono presupuestal en los municipios.
El organismo de cuenca ha señalado con preocupación, que las autoridades municipales han dejado a un lado los programas de inversión, enfocados no solo a construir nuevas plantas sino también la de poder rehabilitar aquellas que han dejado de operar.
Pese a la necesidad de mejorar las condiciones del manejo del agua en Chiapas y las denuncias públicas, el escenario no ha cambiado para para el estado.
“Este Consejo ha observado que los recursos que destinan para estos temas son insuficientes; principalmente, los que ejercen los gobiernos municipales, la mayoría de los alcaldes prefieren invertir en obras que les dan mayor visibilidad política”, refirió el presidente de este organismo, Alfredo Araujo Esquinca.
La falta de legislación para obligar a los ayuntamientos a cumplir con el saneamiento de las aguas residuales que generan sus habitantes, ha provocado que muchas plantas hayan dejado de operar, estén en proceso de construcción y en el peor de los casos hay algunas que están totalmente en el abandono.
Hoy en día, gran parte de los municipios en Chiapas, no llevan a cabo un adecuado manejo de sus aguas residuales ,y muestra de ellos es que gran parte de la red de drenaje va a desembocar a las principales fuentes de agua dulce, como son los ríos, arroyos, humedales y lagunas.
Asimismo, la actividad industrial contribuye a la contaminación de los recursos hídricos en Chiapas, originada por las descargas de residuos peligrosos que hacen, toda vez que muchas carecen de la infraestructura para tratar sus aguas residuales.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Chiapas se encuentra dentro de los seis estados del país que habrán de afrontar los mayores retos en materia de acceso a servicios de agua potable en el año 2033.
La presión sobre los recursos hídricos que demanda la población en Chiapas ha ido aumentando de manera alarmante, debido al crecimiento demográfico, así como a la movilidad de la población rural hacia las principales ciudades, como es el caso de Tuxtla Gutiérrez.
Datos del programa Nacional Hídrico 2014-2018, revelan que en el 2012 Chiapas fue de las entidades en donde la población se vio afectada, no solo por la falta de agua, sino también de acceso a drenaje.
En el caso del acceso al agua, uno de cada cinco habitantes en el estado de Chiapas carecía de acceso al vital líquido en ese año, panorama que podría duplicarse en los próximos 20 años.
La mayor parte del financiamiento que se destina para el sector hídrico en Chiapas, principalmente en infraestructura proviene de la Federación, misma que se ha apoyado en los recursos fiscales.
Sin embargo, los recortes presupuestales hechos a nivel de la Federación, no solo limitan los recursos destinados a obras de infraestructura hídrica, entre las que se encuentra la construcción de las plantas tratadoras de aguas residuales en diferentes municipios del estado.
La carencia de agua es un factor de pobreza en varios municipios de Chiapas, que debe ser tomado como un asunto de alta prioridad para los Ayuntamientos, a fin de poder asegurar en los próximos años la cobertura de agua potable a toda la población.