Tan inseparables como los tres mosqueteros, Antonio, Carlos y Cosijopi suelen caminar por la calles de Juchitán de Zaragoza, Oaxaca, para encontrar aquel juego de “charadas” que los lleve a describir el contexto social a través de un rap bilingüe, entre zapoteco y español.
Los integrantes del grupo Juchirap no rebasan los 22 años y es claro que la edad poco importa para defender y preservar la diversidad cultural y lingüística con la música. Sus expresiones, gestos y palabras dicen mucho de sus creencias, tradiciones y raíces indígenas.
En su mezcla de rimas y sonidos también transmiten su lucha contra la discriminación, un problema histórico que ha relegado a las comunidades indígenas en todos los sectores del país. Sólo les basta mirar a su alrededor para escribir, armar y contar historias de amor, violencia, desapariciones y migración en sus ratos libres.
Así puede escucharse en la bomba de rimas que lanzan con la canción bilingüe “Ladxidua Ripapa” (Mi corazón palpita), video que fue dado a conocer en marzo de 2015 a través de YouTube y que en pocos días alcanzó miles de reproducciones.
El trio de raperos se conformó hace casi cuatro años (2013). Antonio Sánchez Ruiz, de 22 años de edad, y Cosijopi Ruiz López, de 21 años, son primos. Ambos viven en la Séptima Sección de Juchitán, la zona más violenta del municipio oaxaqueño.
Así, el joven juchiteco y su primo comenzaron a escribir sus primeras canciones a partir de lo que escuchaban y veían en su Juchitán. “Todo inició como un hobby y nos empezó a atrapar cada vez más”, insiste.
Y 18 meses después (2012) conocieron a Carlos Lenin Pacheco Fuentes. Entonces surgió otra historia con los de Juchirap, cuyo nombre es la combinación de las primeras cuatro letras de “Juchitán” y la palabra “rap”. Así de simple.
Lenin, de 20 años de edad, dice que hacer música en zapoteco es como portar una “bandera propia […], es algo natural”.
Los oaxaqueños aseguran estar muy comprometidos con su localidad y, de llegar a hacer algo “grande y fuerte”, quieren que los niños de su callejón también se pongan “los guantes” para luchar por la causa.
Carlos considera que la lengua indígena de su pueblo y otras más están perdiéndose, unas más rápido que otras, porque los pequeños sufren burlas cuando hablan un dialecto.
De visita en la Ciudad de México, donde realizaron algunas presentaciones y programas de radio, Cosijopi dice que en su repertorio tienen más de 100 canciones, algunas aún no salen a la luz, y “la intención es seguir haciendo rap a nuestra manera y con nuestra lengua materna”.
Se han presentado en el Palacio de Bellas Artes, Estruendo Multilingüe: Festival Internacional de Músicas Indígenas Contemporáneas, en el Museo del Chopo, y la Feria del Libro en Oaxaca, entre otros, donde con su sencillez han conquistado el corazón de quienes los escuchan.