La artista y activista mexicana Mónica Mayer está presente en la exposición colectiva “Ivaginarium” en la cual exhibe su celebrada y famosa obra El tendedero, con la cual ha encontrado diversos casos de acoso que las mujeres relatan a través de preguntas que ella hace de manera directa.
Esta obra se presentó el año pasado en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo, donde recibió alrededor de 8 mil respuestas, las cuales están siendo estudiadas por una investigadora.
Su pieza principal, El tendedero, nació hace 38 años y se ha expuesto alrededor de 15 veces. Recuerda que hizo esta pieza por primera vez cuando fue invitada a participar en una exposición sobre la ciudad y salió a las calles a preguntar a las mujeres qué era lo que más detestaban.
Comenta que en aquellos años ya se asumía como una artista feminista y en su trabajo de campo para montar la obra encontró que a muchas mujeres detestaban ser acosadas, por lo que el acoso callejero era quizá una práctica natural entre los hombres.
Expone que su tendedero se ve muy bonito porque es de color rosa, pero que en las respuestas hay declaraciones terribles a preguntas como “¿cuándo fue la primera vez que te acosaron?”, ya que hay mujeres que describen que fueron víctimas desde los 6 años.
La artista dice que en años recientes esta obra ha sido muy solicitada, por lo que ya ha viajado a distintos lugares donde formula preguntas, que no siempre son las mismas, por medio de un taller que sostiene con creadoras.
Que el acoso pase a la historia
Mónica Mayer comenta que ojalá llegue el día en que El tendedero solo sea un lugar donde las personas digan: “¿En verdad se hacía eso antes? ¿En serio los hombres molestaban a las mujeres en la calle?”. Pero por lo pronto esta obra sigue siendo completada con relatos que suceden a diario.
“No es natural que los hombres agredan, ni que las mujeres no nos defendamos, yo creo que esto se puede erradicar con educación. Creo que se les ha engañado a los chavo si piensan que acosando conquistarán a una mujer”, declara.
Además, destaca que evidencia el acoso desde el arte porque es su herramienta, que el feminismo se tiene que dar en todos los campos y que este tema no es algo ajeno para ella, ya que también ha sido acosada.
“A mis 63 años me acosó un cuate, me enoje y le dije: ‘¡Oye, podría ser tu abuela! ¡Qué te pasa! ¿Qué es ese afán de acosar?’”, relata la artista, y dice que el salir tapadas a la calle no ayuda en nada.
Dijo que con esta exposición estará en el Festival Cervantino, luego irá a Los Ángeles y en noviembre a Washington.