Plásticos, vidrios, metales y desechos electrónicos de todas partes del mundo llegan y contaminan las playas de México, aseguró Manolo Ruiz, cofundador y director general de Heel Habilidades A.C.
“Hemos encontrado plástico de todas partes del mundo, de China, Australia, Chile, Dinamarca, eso refleja que esto es una problemática global, que sí estamos tratando de abordarlo desde una perspectiva local, pero rebasa las fronteras”, apuntó.
En entrevista con Notimex, el director de la organización civil dedicada a la limpieza de playas señaló que han encontrado pedazos de satélites, monedas antiguas, sueros de miles de lugares, por lo que “se ha vuelto un trabajo de arqueología actual».
«Entre el 60 y 80 por ciento de desechos que encontramos en las playas son materiales plásticos, pero también hemos encontrado baterías de coches japonesas, detergentes de Arabia Saudita, cosas muy extrañas», refirió.
Y es que, alimentos de todo tipo, desechos domésticos y operacionales, plásticos, residuos de carga, aceite de cocina, herramientas de pesca y cadáveres de animales resultantes de las operaciones normales del buque y que se eliminan continua o periódicamente, conforman el conjunto de elementos que, al ser arrojados a los océanos, se conocen como basura marina.
De acuerdo con la Organización Marítima Internacional (OMI) esos desechos se han detectado en las zonas costeras, aguas lejanas a las fuentes antropogénicas de contaminación, aguas superficiales, columnas de agua de las aguas profundas, sedimentos oceánicos, atrapada en el hielo marino y desde el Ecuador hasta los polos.
Además otro estudio al que refiere la OMI revela que en los océanos flotan 5.25 millones de partículas de plástico, que suponen un peso total de 268 mil 940 toneladas.
En ese sentido, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales señala que la basura flotante que se origina tanto en tierra como en mar causa problemas a la salud y al medio ambiente, y constituye una costosa amenaza para el transporte marítimo, pues al enredarse en hélices y timones pone en peligro la navegación.
Asimismo, agregó, las especies marinas pueden quedar atrapadas en contenedores o enredarse en redes y cuerdas, mientras los microplásticos provenientes de la industria cosmética pueden entrar en la cadena alimentaria al ser consumidos por peces y otros organismos, y son indigeribles cuando se tragan.
Manolo Ruiz, cofundador de Heel Habilidades, apuntó que hay tipos de plásticos más peligros que otros, y algunos más contaminantes, sin embargo, todos tienen un impacto en el mar y también en los seres humanos a través de los alimentos que se consumen.
Consideró que los municipios están rebasados en el manejo de desperdicios, pues no tienen un proyecto integral para que la mayoría de los productos que se consumen, sean reciclables, y se evite que acaben en los océanos.
“Tenemos que empezar a trabajar, entender esta cuestión social de ‘lo uso y lo desecho’. La gente no se da cuenta de la cantidad de energía que está en cada producto que pasa por sus manos”, advirtió.
“No queremos un México sucio, queremos que la gente en realidad empiece a separar sus desperdicios. Estos materiales pueden integrarse muy bien en la cadena productiva”, finalizo.