Su destrucción gradual por la erosión de las corrientes marinas inició en 1973 con la construcción de las escolleras de lo que sería Puerto Madero, hoy conocido como Puerto Chiapas, a 30 kilómetros de Tapachula, cabecera municipal y ciudad más importante de la región Soconusco, al sur de Chiapas.
Cientos de casas de descanso sucumbieron ante el poderoso oleaje. Los tradicionales e importantes restaurantes ubicados la orilla del mar serían aniquilados por la fuerza incontrolable de la naturaleza; en su lugar han quedado palapas modestas, como señal de resistencia y perseverancia de unos 200 pequeños propietarios de esta sobreviviente y minúscula industria turística.
Se ubican en un corredor definido como de desastre permanente, sin que sean considerados como tal por la Secretaría de Gobernación, por medio del Fondo de Desastres Naturales; no obstante que, de manera permanente, sus negocios sufren la embestida del fuerte oleaje que les obliga a realizar reparaciones permanentes, que se agravan en la actual época de lluvias.
Aún así, se mantienen olvidados por las autoridades federales y estatales, a las que pagan las obligadas licencias anuales y pago de impuestos mensuales, que hacen más difícil su supervivencia microempresarial.
Además de los daños causados por la erosión de las playas que hacen que la afluencia turística sea cada vez menor, los comerciantes y habitantes de la zona se ven limitados en su deseo de invertir en sus negocios para aumentar el flujo de turismo, debido a las grandes cantidades de impuestos que tienen que pagar, pues lo hacen como si fueran restaurantes de primer nivel, cuando no lo son.
Antecedentes
Puerto Madero se ubica aproximadamente a 30 kilómetros de la ciudad de Tapachula, perteneciente al municipio de Tapachula de Córdova y Ordoñez. Fue originalmente fundado como San Benito en la época del Porfiriato, pero reinaugurado como Puerto Madero en 1975 en el gobierno de Manuel Velasco Suárez. Con el paso del tiempo, fue quedando abandonado por los siguientes gobiernos, dejando a los ciudadanos a su suerte y llevándolos al estado de vida tan difícil que tienen hoy en día.
Puerto Madero es un pequeño pueblo, con un aproximado de 21 mil habitantes, donde la mayoría se dedica al comercio, a la pesca y al turismo, aunque esto último se ha visto afectado en las últimas décadas debido al poco apoyo al turismo que existe en la zona.
De entre toda la población que tiene Puerto Madero, existen alrededor de 200 palapas a lo largo de la orilla del mar, lo que genera ingresos para más de dos mil personas en todo el pueblo, lo que equivale al 10 por ciento de la población total o incluso un poco más, por lo que se entiende que es una de las actividades más importantes que hay en la zona.
¿Qué ha sido de Puerto Madero en todos estos años en los que ha estado prácticamente abandonado a su suerte? Con la “reinauguración” de Puerto Madero en 1975, se construyeron escolleras para la creación del puerto y que, de esta manera, se pudiera fomentar el comercio y la exportación de productos desde la Costa de Chiapas, pero la construcción de estas ha causado más daño que beneficio para la comunidad de Puerto Madero.
Debido a las escolleras, donde antes había tierra y casas de descanso, ahora está todo completamente tomado por el mar, mismo que, poco a poco, va ganando más y más terreno, lo que es evidente cuando se visita el lugar.
En la búsqueda de información acerca de la situación de los habitantes del lugar, visitamos a uno de los tantos establecimientos que se encuentran a la orilla del mar, en este caso a la palapa “El Tigre”, propiedad de Marilú Reynoso, quien accedió a contar la situación en la que se encuentra Puerto Madero y reunió a algunos propietarios de la zona para que dieran sus puntos de vista.
Llegó al lugar María de los Ángeles Hernández, dueña de la palapa “El Pichichi”, la líder de la zona de palapas de “San Benito Dos” y una de las personas que más ha buscado una solución a los problemas que azotan Puerto Madero.
Atención, urgente
Entre los muchos problemas que se expusieron, los más remarcados y las que más urgencia tienen para los comerciantes y habitantes de la zona es la limpieza y remodelación de las playas del lugar, pues, aunque en algunas partes de esta existen rompeolas y muros de contención para que el mar no tome más terreno, muchos no están bien hechos y, además, no generan un atractivo visual ni seguridad para los visitantes, por lo que el flujo de turismo es realmente bajo en la zona.
Crear la seguridad y una buena imagen de Puerto Madero es la mayor necesidad de su gente, y aunque parezca que esto ya está hecho con el malecón que fue inaugurado por el entonces gobernador Manuel Velasco Suárez, este solo está en la zona de “Escolleras”, que es en un solo lado de la playa que abarca Puerto Madero, pero el otro lado, la playa de San Benito, está aún en un estado que no genera una imagen atractiva para el turismo.
El siguiente punto importante que menciona la gente es la cantidad de impuestos y licencias que tienen que pagar, y no es que se quejen de estos, saben muy bien que es la responsabilidad del ciudadano mexicano la contribución de impuestos; su queja va más hacia el hecho de que ellos pagan en licencias lo mismo que paga un establecimiento en Tapachula, cuando las ganancias y los gastos que estos tienen son completamente diferentes.
Aunado a la cantidad que tienen que pagar bimestral y anualmente como propietarios de un negocio, está el hecho de que Puerto Madero está ubicado en una zona en la que el negocio es productivo seis meses al año, mientras que los otros seis meses, debido a las lluvias que azotan las costas de Chiapas, la venta es casi nula, pues las fuertes tempestades y el oleaje tan intenso le quitan el atractivo a la zona para posibles clientes.
Piden que se realice un estudio socioeconómico de la zona, para que de esta manera los impuestos y las licencias que tienen que pagar sean más sencillas de cubrirse, además de que se les faciliten los pagos a parcialidades de lo que deben, pues, aunque ya existen, se les solicitan garantías como la factura de un carro o de una casa, cosa que muchas personas no poseen y por lo tanto se ven obligados a realizar los pagos de una sola vez.
Asimismo demandan que se les faciliten préstamos de gobierno para poder invertir en sus negocios, y así crear una imagen atractiva para los clientes que lleguen a Puerto Madero, y hacen hincapié en la palabra “préstamo”, pues nunca han querido que se les regale nada, pues son gente realmente trabajadora y que entienden el valor de hacer que las cosas se hagan por sus propias manos.
Sin servicios básicos
Los palaperos señalan que, así como el gobierno les exige pagar sus impuestos y licencias, este cumpla con las suyas ya que han estado ignorados por mucho tiempo. Explican que en Puerto Madero no existe sistema de drenaje para los habitantes, que en la actualidad son más de 20 mil; el centro de salud nunca tiene los medicamentos básicos necesarios, por lo que muchos se ven obligados a recurrir a otras farmacias; la vigilancia policíaca es nula y aunque supuestamente existen cinco patrullas para la zona, solo se ve una muy de vez en cuando.
Además señalan que si existe alguna emergencia que requiere a las autoridades policíacas nunca están o no llegan; el alumbrado público no es suficiente para todo el pueblo y solo está en las principales calles de este; no existe ningún entretenimiento para la juventud, por lo que, al no tener nada que hacer, los vicios acaparan la atención de los jóvenes y es que la Casa de Cultura no cuenta con las instalaciones necesarias para las clases que ofrece, por lo que se ve obligada a pedir asilo en la explanada del parque que, por los fuertes vientos que azotan la lámina de las canchas, se ha levantado y significa un riesgo para quienes acuden a los talleres.
También fue mencionado el hecho de que en el otro lado de Puerto Madero, donde se encuentra el malecón, desalojaron a muchas personas dueñas de palapas con la promesa de entregarles un espacio para que siguieran con sus actividades al finalizar la obra, pero en un acto de corrupción, las listas que se entregaron al gobierno fueron diferentes a la realidad, por lo que gente que solo tenía un espacio tuvo más de uno, o peor aún, gente que no tenía ningún espacio de repente tenía dos o tres locales en la Plaza Madero, lo que causó que 13 palaperos se quedaran fuera y sin espacio para seguir con sus negocios que por tanto tiempo les dieron el sustento a ellos y a sus familias.
Se requiere el apoyo de la Secretaría de Turismo para que se haga promoción de Puerto Madero, pues la actividad turística ya es casi nula, incluso en esta temporada vacacional.
Los habitantes exigen un diálogo directo con las autoridades para exponer todos estos puntos que van en deterioro de su economía. En todos los señalamientos exhiben la necesidad del apoyo institucional para potencializarlos económicamente, ya que aunque se hable de una enorme inversión para la zona, de Puerto Chiapas, no se ve reflejado en el flujo económico de los habitantes del lugar.