La investigadora Martha Dolores Alaminos Arévalo se pronunció por rescatar de manera integral la lengua zoque por medio de la tradición oral y obras de teatro, entre otras estrategias.
En víspera de la conmemoración del Día Internacional de la Lengua Materna, este 21 de febrero, la experta dijo que aún hay poblaciones pertenecientes a dicha cultura, ubicadas en la Depresión Central, Región Zoque y Norte, llegando a un total aproximado de medio millón de personas, sin embargo, ya ninguno habla su lengua materna.
Asimismo, expuso que debido a su movilidad geográfica, es muy difícil establecer una delimitación exacta del territorio zoque, ya que “algunos asentamientos se formaron como consecuencia de la reubicación de damnificados por la erupción del volcán Chichonal en 1983”, recordó la especialista.
Uno de los lugares emblemáticos de esa cultura es el Museo Zoque inaugurado en 2006, en el ejido de Copoya, a unos ocho kilómetros de la capital, y que hoy en día, por falta de mantenimiento, no brinda ningún servicio.
En sus inicios se apreciaba la vivienda tradicional de techo de zacate, paredes de bajareque, piso de tierra y un patio o solar donde se cultiva una gran variedad de frutales: mangos, guineo, limones, naranjas, anonas, plátanos, flores y plantas de uso medicinal y culinario.
La vivienda es de forma rectangular con una sola habitación que tiene un anexo más pequeño usado como cocina, en la que se aprecian fotos de las diferentes costumbres, tradiciones, creencias y leyendas.
El Museo Zoque desarrollaba talleres donde se aprendía a tocar el tambor y carrizo, música regional de los zoques, así como un espacio de área audiovisual y biblioteca.
“La cultura zoque merece un gran museo en este estado, en esta ciudad capital; ya se tienen las instalaciones, hay que rescatarlo. Se requiere aplicar poco más de 3 millones para comenzar la restauración del techo, toda la instalación eléctrica y parte de la museografía. Rescatar el museo es no dejar que se pierda todo lo relacionado a esta cultura. La gramática es tarea del Centro Estatal de Lengua, Arte y Literatura Indígena (Celali), pero por supuesto requiere de un mayor impulso a las costumbres, uso de la lengua, vestuario, cursos de tradición oral y museografía”, agregó.
“Queremos que se le dé un verdadero impulso. En sus inicios entrar el Museo Zoque era adentrarse a la cultura madre de Chiapas a la que le debemos un respeto absoluto. Hoy tenemos que hacer muy nuestro ese patrimonio”, subrayó.
Dijo que el inmueble tiene un gran problema. El techo presenta infiltración de agua que afectó a toda la instalación eléctrica.
“Lo único que funciona en este momento es el área de fomento a la medicina tradicional y herbolaria, así como los masajes relajantes; en este sentido, es urgente que el museo se rescate este año”, enfatizó.
La filtración empezó a colarse hacia el área de exhibición y la museografía de la época prehispánica hasta la época actual, que explicaba a través de gráficos la evolución del grupo lingüístico zoque.
Se abordaba desde la época colonial a la época actual y se tenía un prototipo de la casas zoques, además de exhibir tejidos de los nativos de Chiapas.
“Se reprodujeron bordados y telares, además de promover la danza de la pluma maya conocida como Napopoketze, ya que una de las formas de conocer la cosmovisión de un pueblo son sus danzas y su música”, describió.
Expuso que desde ese recinto también se fomentaba el uso de la danza Tonguyoyze, la del Tigre y El Monito, del municipio de San Fernando; la danza de los Gorriones, del municipio de Ocotepec, y la Encamisada, del municipio de Copainalá.
Destacó que actualmente se ha integrado un grupo de niños que recibirán clases sobre la tradición oral, cuyo aprendizaje será trasladado en dibujos, obras de teatro y otras actividades.