Celebran misa dedicada al padre Marcelo

El sacerdote Marcelo Pérez Pérez, asesinado a balazos el domingo en San Cristóbal, quería que Chiapas “no fuera un infierno sino un paraíso de paz”, afirmó el cardenal Felipe Arizmendi Esquivel, quien lo ordenó hace 22 años. “Marcelo no quería que nadie, indígenas y mestizos, vivieran en la esclavitud de la marginación, la pobreza, el racismo y la exclusión que tantos hermanos sufren; que se pueda vivir otra vida mejor de paz, libertad y unidad”, añadió durante la homilía de la misa de cuerpo presente celebrada la mañana de este lunes en San Andrés Larráinzar, de donde era originario Pérez Pérez, de 50 años. Orgulloso Arizmendi Esquivel, quien también es obispo emérito de San Cristóbal, señaló que Marcelo “nunca se avergonzó de ser tsotsil, siempre llevó sus raíces en su corazón y por eso está aquí con su pueblo. Ustedes quisieron que no se quedara en la catedral de San Cristóbal, sino que esté aquí con su pueblo porque él es de su pueblo”, al tiempo de asegurar que el sacerdote fue “un regalo de los tsotsile