Monseñor Jaime Calderón, quien recientemente fue nombrado arzobispo de la Arquidiócesis de León, Guanajuato, reconoció que durante sus seis años de servicio en la diócesis de Tapachula, su estancia quedó marcada por tres sucesos: la migración, la pandemia del covid-19 y la violencia que se vive en la región, aunque reconoce que a pesar de esto, la protección de Dios le permitió cumplir su misión con la familia diocesana. Despedida Expuso que se lleva de esta frontera el reconocimiento y agradecimiento de la población de la Costa y Sierra de Chiapas, expresó estar contento, ya que durante su caminar disfrutó del cariño de los fieles, quienes son de un corazón muy generoso. Señaló que a pesar de las carencias económicas con las que se vive en dicha zona del país, pudo descubrir el gran corazón y la generosidad que tienen los fieles, al apoyar a los que menos tienen y hacerlo de manera inmediata y “a manos llenas”. “Me llevo un corazón de gratitud muy grande, porque durante estos seis años pude recibir el cariño
Migración, covid y violencia marcan a Jaime Calderón
Monseñor Jaime Calderón, quien recientemente fue nombrado arzobispo de la Arquidiócesis de León, Guanajuato, reconoció que durante sus seis años de servicio en la diócesis de Tapachula, su estancia quedó marcada por tres sucesos: la migración, la pandemia del covid-19 y la violencia que se vive en la región, aunque reconoce que a pesar de esto, la protección de Dios le permitió cumplir su misión con la familia diocesana. Despedida Expuso que se lleva de esta frontera el reconocimiento y agradecimiento de la población de la Costa y Sierra de Chiapas, expresó estar contento, ya que durante su caminar disfrutó del cariño de los fieles, quienes son de un corazón muy generoso. Señaló que a pesar de las carencias económicas con las que se vive en dicha zona del país, pudo descubrir el gran corazón y la generosidad que tienen los fieles, al apoyar a los que menos tienen y hacerlo de manera inmediata y “a manos llenas”. “Me llevo un corazón de gratitud muy grande, porque durante estos seis años pude recibir el cariño