Toxic Woman, una mamá 100 % luchadora

Llaves, patadas voladoras y algunos lances desde la tercera cuerda son parte del repertorio de Toxic Woman, luchadora profesional que combina su pasión por subir al ring con el amor y dedicación a sus tres pequeñas hijas: Luna Micaela, María Belén y Erlinda Isabel. La mamá enmascarada comparte con “Cuarto Poder” la dulzura y paciencia que procura hacia sus niñas —de 3, 6 y 7 años—, con quienes convive alegremente aprovechando que tiene un negocio en casa, el cual atiende entre semana, algo que contrasta con la rudeza con la que enfrenta a sus oponentes en las carteleras del Deportivo Roma.  Toxic Woman, ¿cómo empezaste en la Lucha Libre? Primero mi mamá me mostró el deporte, y ya a las primeras funciones que hubo aquí donde vivimos (Ocozocoautla) me empezó a llevar.  ¿Cuánto tiempo llevas en este ambiente? Empecé hace 12 años a entrenar, pero llevo dos años luchando profesionalmente. De hecho, como vivo en Coita, igual por la escuela no podía ir muy seguido a entrenar, no estaba muy constante, pero por lo men