Aboga por nuevas formas de maternidad

A pesar de que en el melodrama actual en que trabaja Erika de la Rosa es la villana de la historia, su vida real se distancia diametralmente de los antagonismos y, en cambio, la invade la armonía y la paz cuando da paso a expresar sus ideas, así como cuando habla de la dedicación que tiene por su hija Ana Lucía y su hijo Dante, a quienes trata de criar desde la cultura del acompañamiento, la comprensión y la comunicación. La actriz mexicana concedió una entrevista desde Bogotá, Colombia, ciudad en la que se encuentra grabando Yo no soy Mendoza, una producción de Sony, proyecto por el que tuvo que dejar a su primogénita en México, al cuidado de su padre, mientras que se llevó consigo al pequeño Mateo. Aunque para Erika, distanciarse de sus hijos —aunque sea solo por un tiempo— no es nada sencillo, es consciente que realizarse profesionalmente, no solo la ayuda a crecer individualmente, sino a ofrecer el máximo ejemplo a su familia. “Son decisiones que he tomado pensando en mí, en mi bienestar y me encargo de