Si Robert Capa tuvo la pericia de inmortalizar con su Leica la caída de un soldado al ser alcanzado por una bala o si fue un montaje en sus primeros días en la guerra civil española sigue siendo un misterio sin resolver 80 años después de Muerte de un miliciano, una de sus imágenes más polémicas. El fotógrafo húngaro, unos de los reporteros gráficos más importantes del siglo XX, explicó años después en una entrevista radiofónica que la tomó desde una trinchera en el sur de España en medio de un asalto a los milicianos republicanos al inicio de la contienda (1936-1939). “Me puse la cámara sobre la cabeza sin mirar siquiera y cuando se acercaban a la trinchera hice la foto”, aseguró a la emisora neoyorquina WNBC una década después de aquel momento. Según la versión oficial, la imagen fue tomada el 5 de septiembre de 1936 en Espejo, en la provincia española de Córdoba, y muestra la muerte del miliciano anarquista Federico Borrell García, captado por la Leica de Capa en el momento en el que una bala lo alcanzaba.
Misterios detrás de la Muerte de un miliciano
Si Robert Capa tuvo la pericia de inmortalizar con su Leica la caída de un soldado al ser alcanzado por una bala o si fue un montaje en sus primeros días en la guerra civil española sigue siendo un misterio sin resolver 80 años después de Muerte de un miliciano, una de sus imágenes más polémicas. El fotógrafo húngaro, unos de los reporteros gráficos más importantes del siglo XX, explicó años después en una entrevista radiofónica que la tomó desde una trinchera en el sur de España en medio de un asalto a los milicianos republicanos al inicio de la contienda (1936-1939). “Me puse la cámara sobre la cabeza sin mirar siquiera y cuando se acercaban a la trinchera hice la foto”, aseguró a la emisora neoyorquina WNBC una década después de aquel momento. Según la versión oficial, la imagen fue tomada el 5 de septiembre de 1936 en Espejo, en la provincia española de Córdoba, y muestra la muerte del miliciano anarquista Federico Borrell García, captado por la Leica de Capa en el momento en el que una bala lo alcanzaba.