Un Toledo que saca chispas

“Ver la obra de Francisco Toledo (1940-2019) me hacía chispas, me prendía la mecha, sentía que iba con mi ser”, confiesa el coleccionista y galerista mexicano Pablo Goebel, quien a los 19 años compró la primera obra gráfica del artista juchiteco que integra un acervo que venera. “Siempre he seguido la obra de Toledo. A un coleccionista se le puede recomendar qué comprar, qué autores, qué obras. Pero, sobre todo, cuando ve algo que le gusta se le tiene que prender la mecha, como la de un coche o una máquina. Dices “¡Ésta!”, “En mi andar por la vida, mientras viajaba por el mundo inventando mi carrera de merchant, de dealer, ver una obra de Toledo, tanto en colecciones nacionales como internacionales, en ferias de arte, museos y estudios, me prendía esa chispa y lo registro”, afirma en entrevista con Excélsior. Con este “amor y admiración especial” que siente por el trabajo de “uno de los genios creativos del siglo XX”, quien fundó en 2001 la galería Pablo Goebel Fine Arts, ubicada en Polanco, empezó a idear ha