#25N, el patriarcado es la complicidad masculina

No hay excusa que valga para justificar la violencia contra niñas, adolescentes y mujeres. Ninguna. Por eso, con gran puntería, #NoHayExcusa es el lema (y hashtag) propuesto por la ONU para este lunes 25 de noviembre. Se trata justamente de eso, de poner fin a las violencias contra ellas, pero… cómo se hace en medio de un mundo patriarcal que está cimentado en una interminable red de complicidades que protege y blinda a los perpetradores y normaliza sus brutales acometidas. Cómo reventar los eslabones de una cadena muy enfermiza que empieza en las familias y se extiende a médicos, policías, fiscales, jueces y enajena a sociedades completas. Vaya, enfanga al Estado completo de cada país. El violador, dijo la escritora Rita Segato en 2016, es expresión de una estructura profunda. Él y su colectividad “comparten imaginario, hablan en mismo lenguaje, pueden entenderse, actúan en compañía”. Sí, “la violación no es un acto sexual, es un acto de poder, de dominación, es un acto político”, ha dicho la escritora y an