Adiós al pulque, son pocos los que siembran

Pocos quieren sembrar magueyes y, por ende, la producción de pulque ha disminuido en el Pueblo Mágico de Tepotzotlán, en el Estado de México, donde la mayoría de productores oscilan entre los 50 y hasta los 80 años de edad, buscando preservar la tradición mexicana y la bebida de los dioses. “La preocupación es que los productores son poseedores de tierra y tienen familia, pero esa familia, los hijos, no quieren seguir. Ya no les gusta, mejor se dedican a meterse a una empresa o fábrica”, dijo Rogelio en medio de su magueyera en la que produce entre seis y 10 litros de pulque diariamente. No hay un censo oficial de cuántos magueyeros existen en Tepotzotlán. Y como parte de una estrategia para incentivar tanto a los agricultores y a la población en general, existe una ruta turística en la que participan al menos 10 personas que se dedican a sembrar plantas de maguey y posteriormente extraer el aguamiel o producir el pulque. La preocupación radica no sólo en observar cómo ha cambiado el paisaje de algunas parcel