La oposición en su laberinto

El resultado de la elección del 2 de junio fue contundente para la oposición; el alegato de un fraude carece de legitimidad y sentido. Desde elecciones anteriores era claro que las dirigencias del PAN, PRI y PRD venían tomando malas decisiones, lo cual se reflejó en la perdida de gubernaturas. Tal ha sido su fracaso que el PRD perderá su registro; el PRI será satélite del PAN y estará en camino de perder Coahuila y Durango. El PAN parece ser el único partido de oposición –de la coalición- con algún futuro, pero necesita de manera urgente retomar su historia y principios para, desde ahí, construir una autocrítica que le permita hacer el relevo en la dirigencia nacional. El poco poder que tienen es un riesgo que puede fragmentarlos. Necesitan liderazgos que sepan ganar en territorio. El PAN necesita reactivar su democracia interna y terminar con los cacicazgos que lo han convertido en un partido antidemocrático y cerrado a la competencia. Su camino es complicado, tiene dos salidas: democracia interna y compete