Complicaciones con la inflación que han provocado el aumento de los precios de los insumos, además de la proliferación de motorrepartidoras de tortilla, las cuales son informales, forman parte de los aspectos que están afectando de manera significativa al gremio, a tal grado de que muchos de los sectores analizan si vale la pena continuar, mencionó Agustín Figueroa Flores, presidente de Tortillerías Unidas de La Trinitaria.
El ambulantaje, refirió, está hundiendo más a un gremio que de por sí ha enfrentado complicaciones. En algunas regiones, remarcó, han visto una especie de “coyotaje”, es decir, las personas compran el producto en algunas cadenas comerciales a precios más bajos y después lo revenden con la población.
En este sentido, aclaró que no están en contra de que se entregue el producto a través del uso de las motocicletas, sin embargo, debe existir una regulación y control. La industria de la tortilla está liberada, es decir, se puede vender a diferentes precios, según las regiones.
Inconformidad
Han notado, dijo Figueroa Flores, que el ambulantaje adquiere el producto en algunas tiendas comerciales hasta en 12 pesos el kilogramo, cuando en la mayor parte de los negocios establecidos cuesta entre 21 y 22 pesos.
“No todo queda en responsabilidad de nosotros los transformadores, los pequeños productores que con mucho esfuerzo están manteniéndose. Somos más de cinco mil tortillerías a nivel Chiapas y eso se traduce también en el número de familias que dependen de esta actividad”.
Que haya informalidad en el sector, remarcó, representa una afectación importante hacia los comerciantes legales que apenas ganan un peso de utilidad, debido a que no pueden subir el costo ante las sanciones que ponen las autoridades.