Al anunciar la unión de esfuerzos entre el director del Rastro de Tapachula, Jorge Arévalo Ortiz, y el líder tablajero, Mario Moreno Sánchez, señalaron que hay acuerdos por la salud pública de los tapachultecos que buscan que la carne que se consume en los mercados haya pasado por la supervisión de especialistas del rastro municipal. Con ello garantizar la sanidad, evitar que carne procedente de Guatemala, de rancherías o del centro del país se consuman y pongan en riesgo a los consumidores.

Señalaron que introductores de carne de ganado bovino, tablajeros, rastro, junto a autoridades municipales y estatales, deben trabajar arduamente para garantizar que la carne que se consume sea de buena calidad, no contaminada o de animales enfermos, pasados de contrabando de Guatemala o de “remate” procedentes del centro del país.

Hicieron un llamado al gobierno de Chiapas a que capacite a los funcionarios encargados de vigilar la normas, tanto en la matanza como en el traslado; además, señalaron, hay una competencia desleal entre quienes venden carne de reses que son sacrificadas en el rastro llamado ganado en pie, contra aquellos canales que vienen del centro de México.

Aclararon que el hecho de que provengan de otros lados no implica que sea carne de buena calidad, porque allí se mata ganado de primera, segunda y tercera; y en algunos casos, los que incumplen con las normas de calidad quedan rezagados como “remate” a bajos precios, y esa carne se trae a Tapachula.

Moreno Sánchez afirmó que el rastro ubicado en Tapachula no es solo municipal sino estatal, por lo que debe garantizarse que el producto que pasa por este cumpla con las normas requeridas para el consumo humano.

De acuerdo con Arévalo Ortiz, en los mercados de Tapachula se consumen en promedio poco más de 100 reses diarias, y de estos, únicamente 30 pasaban por el rastro. Con la unión de los tablajeros que lidera Mario Moreno, podría llegar al 60 por ciento a partir del próximo mes.

Señaló que es necesario que se invierta en el rastro para mejorar la infraestructura, toda vez que los consumidores merecen respeto y que se les garantice que se les vende un producto sano y de buena calidad.