Chiapas vive una peculiaridad, es de los pocos lugares en el mundo donde algunas lenguas indígenas crecen en hablantes. De acuerdo con el historiador Juan Pedro Viqueira, la conservación y crecimiento de las lenguas en el estado se debe, “en buena medida, a la discriminación y explotación que han sufrido los indígenas”.
En el mundo existen más de 6 mil 700 lenguas, el 40 % agoniza por falta de hablantes. En los Altos de Chiapas son tres lenguas (tsotsil, tseltal y chol) las que se mantienen como un eje central social y siguen creciendo.
El historiador del Colegio de México (Colmex) explica que “durante gran parte del periodo colonial, la corona española no hizo ningún esfuerzo para que los indios —como se les conocía en aquel entonces— abandonaran sus lenguas”.
Diversidad lingüística
México cuenta con 69 lenguas nacionales (68 indígenas y el español), por lo que está entre las primeras 10 naciones con más lenguas originarias. De acuerdo con la Comisión Nacional de Población, en Chiapas el 30.3 % de los pobladores habla alguna de las 12 lenguas originarias.
“Ante la enorme diversidad de lenguas que se hablaban en la Nueva España y en la Capitanía General de Guatemala, se estableció el náhuatl como lengua franca, como lengua de comunicación; solo a finales del siglo XVIII, con las reformas borbónicas, hay un primer intento, muy débil por cierto, de imponer el español en las escuelas, pero la verdad es que prácticamente ningún niño iba a esas escuelas, y por lo tanto, no tuvieron ningún impacto”, explicó Viqueira.
Recordó que en el periodo colonial, la corona española —convencida por los frailes— tenía la idea de que las poblaciones “indias” tenían que vivir separadas de las poblaciones españolas, y se determinaba que la población originaria funcionaba como “una reserva de mano de obra, incluso que no hablaran español les permitía explotarlos con más facilidad”.
“En gran parte de Chiapas, los pueblos de indios llegaron hasta el final del periodo colonial con una población casi exclusivamente india. El poco mestizaje que se produjo fue donde predominaban las haciendas o en los grandes núcleos urbanos; esta falta de mestizaje, de alguna forma, facilitó el antagonismo que permitió algunos de los choques entre ambas poblaciones”, argumentó.
Rebelión de 1712
En las montañas mayas se produjo una de las rebeliones “indias” más importantes del Imperio español en América. “Los rebeldes”, indígenas de San Juan Cancuc, en 1712, estuvieron a punto de tomar Ciudad Real, lo cual provocó un susto “muy grande” a los españoles que reaccionaron “con una represión de una dureza poco habitual para la época”.
Viqueira determinó que esta “una de las génesis”, pues desde ese momento se “creó un antagonismo muy fuerte entre los indios de la región, con la población española”, la cual “se ha mantenido hasta nuestros días, en buena medida, porque la región se convirtió en una reserva de mano de obra fundamental para las actividades del estado de Chiapas, incluso de Tabasco, y la memoria de esta rebelión ha tenido alguna consecuencia, como sobre la identidad indígena de Chiapas”.
Acota que “la explotación y la discriminación que sufrieron los indígenas y que siguen sufriendo hasta nuestros días, han creado una oposición muy fuerte, y para esta población, la lengua, es el único refugio que les queda en un mundo que ha sido muy violento en contra de ellos, es el único sitio en donde se pueden sentir reconocidos por otras personas”.
Educación y discriminación
El especialista en historia colonial de Chiapas subraya que a largo del siglo XIX y principios del XX, fue llegando población mestiza a las cabeceras de los municipios indígenas, y en muchas ocasiones estos explotaban a los indígenas; sin embargo, todo cambio con la llegada del Instituto Nacional Indigenista, que empezó a formar a los indígenas.
“De pronto, pues, estos indígenas ya tienen un nivel educativo superior al de los mestizos de las cabeceras, y empiezan a hacerle la vida imposible a los mestizos para que se vayan de las cabeceras; a veces, incluso, en formas bastante violentas, y el resultado es que sobre todo en la zona de los Altos de Chiapas, quedan pocos municipios en donde haya población mestiza, estamos hablando de municipios en donde el 99 % de la población habla una lengua mesoamericana”, expuso.
Ante estas condiciones, las lenguas originarias “se transmiten perfectamente bien de generación en generación”. A esto se le agrega “una tasa de natalidad más alta que el resto de México y Chiapas, incluso en porcentaje, [pues] los hablantes de esas lenguas están aumentando, caso contrario de lo que pasa en el resto de México”.