Chiapas ocupa el primer lugar en la tasa de mortalidad nacional por enfermedades diarréicas en la población menor de cinco años. Se reportan 42.6 fallecimientos por cada 100 mil infantes, que es más del doble que la tasa de Oaxaca (14.9), el segundo lugar y seis veces mayor que el promedio nacional de 6.8 casos.
De acuerdo al “Estudio diagnóstico del derecho a la alimentación nutritiva y de calidad 2024” del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la génesis de este problema radica en la falta de higiene en la elaboración de alimentos, la que ocasiona enfermedades infecciosas, las cuales provocan padecimientos gastrointestinales.
Medidas preventivas
Algunas acciones de prevención recomendadas para estas enfermedades son la ingesta de agua hervida o embotellada, el desinfectado de frutas y verduras, así como la higiene de manos antes de consumir alimentos.
De lo anterior se desprende que el entorno higiénico en el que se preparan y consumen los alimentos depende de condiciones clave como el acceso al agua y el drenaje dentro del hogar, además de los implementos para refrigerar y cocer los insumos.
Chiapas enfrenta uno de los principales retos, pues el Coneval estima que el 16.7 % de población en viviendas se encuentra sin acceso al agua, y el 10 % sin drenajes y solo el 71.9% de los hogares cuenta con refrigerador en casa.
Uno de los grupos que presentan mayor vulnerabilidad frente a las enfermedades diarréicas se encuentra en la población menor de cinco años. Dichas afecciones son la segunda causa de defunción infantil alrededor del mundo, provocando la muerte de 525 mil niños al año, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De hecho, este organismo internacional considera que las y “los niños malnutridos o inmunodeprimidos son los que presentan mayor riesgo de enfermedades diarréicas potencialmente mortales”.