A finales del año pasado comenzó a hacerse popular en redes sociales un reto viral entre adolescentes y jóvenes, que se trata de consumir clonazepam —un medicamento para controlar ciertos tipos de convulsiones, aliviar ataques de pánico y otros padecimientos—, en el cual gana quien se duerma al último.
James Gómez Montes, médico epidemiólogo y director médico del Sanatorio Muñoa, comentó que el clonazepam es un medicamento controlado, que puede causar dependencia en cualquier persona y si se sobredosifica puede causar un paro respiratorio.
Explicó que “al ser tranquilizante, el efecto que causa es somnolencia, por lo que si se consume de manera frecuente causa una adicción. Son dos cosas a considerar: puede causar sobredosis y un paro respiratorio, lo que obviamente puede llevar a la muerte; y lo otro es una dependencia”.
Desafortunadamente, en diversos estados del país se han presentado casos de intoxicación de estudiantes por el consumo del medicamento, como Ciudad de México, Coahuila, Chiapas, Hidalgo, Jalisco, Nuevo León, Sinaloa y Veracruz.
El especialista enfatizó que para suministrar el medicamento se debe hacer una valoración clínica general y debe haber un seguimiento médico, porque la dosis que se recomienda va en función de lo que se busca controlar, como el insomnio, las convulsiones, los ataques de pánico, y se va disminuyendo paulatinamente.
Psicología
Leticia Pérez de la Cruz, psicóloga infantil y psicoterapeuta Gestalt, comentó que en la mayoría de los casos los adolescentes caen en este tipo de retos por una necesidad de pertenencia, de ser populares y mostrar cierta valentía así como estatus.
Esto es reforzado por contextos familiares con poca o nula supervisión, ya sea por desinterés, porque ambos padres o los tutores trabajan, o por cualquier otra causa. Es un hecho que los adolescentes necesitan supervisión, pero también orientación y cercanía.
Hay que recordar que la adolescencia es una etapa en la que se experimentan muchos cambios a nivel físico, mental y emocional, y es la oportunidad para poder restablecer una relación entre padres e hijos, pero muchas veces las expectativas los presionan, mencionó.
“El unirte a un reto, es una posibilidad de que te vean, que vean esas cualidades que en otros lados no ven, como ser valiente, tener estatus; considerando que los adolescentes tienen un cerebro diseñado para tomar conductas de riesgo”, finalizó.