La recesión y bajas ventas provocadas por la crisis económica no sólo afecta al comercio establecido y grandes empresas, sino también a las familias que trabajan de manera formal a mediana escala en la compra, venta y traslado de frutas y legumbres de otras partes del país, que tienen su sede en el centro de abastos del mercado San Juan, en Tapachula.
Situación que ha afectado a muchas personas que llegan a buscar trabajo, ya que por la falta de recursos económicos ya no son contratadas.
Al respecto, Arely Pañuela, comerciante de frutas y legumbres en el centro de abastos, estimó que la inseguridad que se vive tanto en la ciudad como en las carreteras y la grave crisis económica que enfrenta el país, ha condicionado que en los centros de abasto de Tapachula las ventas hayan caído considerablemente.
En los últimos seis meses se ha venido deteriorando la actividad, hasta alcanzar en la actualidad ventas del 50 por ciento en relación a los años anteriores.
Despidos
Además, señaló que los comercios tenían en promedio 12 trabajadores que ayudaban a la atención de los clientes, acomodar, cargar y descargar los productos, sin embargo al no existir condiciones para generar recursos para los movimientos comerciales y pagarles sus sueldos, se ha tenido que prescindir de sus servicios.
Sólo se quedaron con el personal necesario para cumplir con las bajas ventas; quizá la clase más vulnerable ha dejado de tener ingresos, falta de trabajo o gastos excesivos de otro tipo, que redunda directamente en esta actividad primaria.
Otro tema que afecta al comerciante del mercado es la caída de las ventas, ya que este fenómeno ha tenido un impacto negativo luego de algunos robos y sobre todo la muerte de un comerciante y dos policías en este centro de abastos; “hay una sensación de inseguridad que incide en la baja y en la visita de clientes, a pesar de que en la actualidad hay presencia de policías”.