México tiene un papel central en la lucha contra el hambre en el planeta, debido a que es el lugar de origen del maíz, uno de los principales cultivos globales. Sin embargo, factores como la pandemia y el conflicto entre Rusia y Ucrania han afectado la producción y disponibilidad del grano en todo el mundo.
Gran parte de los países no se recuperan de los efectos de la pandemia, además, donde se desarrollan conflictos que afectan la producción y distribución de alimentos, hay cerca de 811 millones de personas padeciendo hambre.
Otro factor es el cambio climático, que sigue y seguirá siendo un tema prioritario para la seguridad alimentaria. El aumento de la temperatura reduce los rendimientos de los principales cultivos.
Sin una agricultura adaptada a estos cambios, cada grado que aumente la temperatura media estaría reduciendo los rendimientos del trigo en un 6 % y del maíz en un 7.4 % en promedio.
A través del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (Cimmyt) se resguardan más de 28 mil accesiones únicas de este cultivo, cuyo estudio ha permitido ofrecer al mundo el Atlas Molecular de Maíz.
Se trata de una plataforma de información que proporciona datos, herramientas y recursos que permiten a mejoradores de maíz, investigadores, técnicos extensionistas, entre otros, el identificar la diversidad con un posible valor para sus necesidades específicas.
Investigadores del Cimmyt señalan que México cuenta con la suficiente experiencia para desarrollar sistemas agroalimentarios sustentables, iniciativas como Cultivos para México, Agricultura de Conservación, Agricultura Para la Paz y AgriLAC Resiliente, son un claro ejemplo.
A través de proyectos como “Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche”, impulsado por Walmart Foundation y el Cimmyt, muchas comunidades están creando sistemas de producción más sostenibles al aumentar la agrobiodiversidad de sus parcelas.
Indican que cultivar una mayor variedad de especies vegetales impacta positiva y directamente en la seguridad alimentaria. Lamentablemente, la diversidad vegetal de los campos agrícolas ha disminuido mucho, pues desde 1900 se ha perdido alrededor del 75 % de la diversidad de cultivos.
En la actualidad, de las seis mil especies de plantas cultivadas para la alimentación, solo nueve representan el 66 % de la producción total de cultivos en el mundo.
“El 70 % de semillas de trigo y más del 50 % de semillas de maíz sembradas en el mundo derivan de la investigación en mejoramiento que se realiza en México desde el Cimmyt y una amplia red de colaboradores”, se destacó.