La campaña nacional “Sin maíz no hay país” evidenció las presiones de las corporaciones transnacionales y organizaciones empresariales que se benefician del maíz transgénico y de los agrotóxicos como el glifosato, contra el gobierno mexicano.
De manera trinacional, organizaciones campesinas, agricultores, ambientalistas, sindicatos, iglesias, activistas sociales, académicos, entre otros sectores de México, Estados Unidos y Canadá, firmaron un documento para dar a conocer su rechazo a la coacción contras las decisiones de México sobre la prohibición del maíz transgénico.
“Están presionando fuertemente a nuestro gobierno y demandando al de Estados Unidos, para que en la próxima reunión del T-MEC México renuncie a su derecho a la soberanía alimentaria”, reza el documento firmado por más de 80 organizaciones y 50 civiles, pues la demanda de las corporaciones y sus cabilderos es para que México dé marcha atrás a las legítimas y legales decisiones tomadas con respeto al espíritu del T-MEC.
“Rechazamos las presiones de las corporaciones transnacionales que controlan las semillas y agrotóxicos, y de sus aliados agroempresariales. Apoyamos la política en cada uno de nuestros países, a la producción de maíz no transgénico, sin glifosato u otros agrotóxicos similares, así como la política de comercio justo y sustentable”.
Cumplir compromiso
En el texto, las organizaciones alentaron a los gobiernos a tomar medidas efectivas para cumplir con los compromisos establecidos para proteger la biodiversidad y respetar el derecho de los pueblos a fortalecer su soberanía y seguridad alimentaria.
“Reiteramos el exhorto al gobierno de México para que se mantenga firme ante las presiones del gobierno de los Estados Unidos y los intereses de las transnacionales”, reiteraron.