¿Cómo incentivar a que los turistas se queden en Tuxtla Gutiérrez y no sea solamente un lugar de paso? La pregunta toma relevancia cuando una de las temporadas más altas para el turismo (diciembre) está a la vuelta de la esquina y los lugares turísticos de la capital del estado lucen descuidados.
En un periplo que recorrió el parque 5 de Mayo, el zoológico Miguel Álvarez del Toro (ZooMAT) y el jardín botánico Dr. Faustino Mirada, corroboramos que las labores de limpieza y cuidado son escasas.
En el parque de 5 Mayo, la biblioteca que un día fue el espacio más importante dedicado a la información y el conocimiento en Tuxtla, hoy apenas se erige lúgubre, entre goteras y humedad. En la entrada principal, una cinta de peligro que alerta sobre las letras del Centro Cultural a punto de caer, en cualquier momento.
En 2022, con una inversión de 27 mil millones de pesos, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) renovó este espacio público destinado al esparcimiento y la recreación. Y aunque su papel es fundamental en la mejora de la calidad de vida de las personas, ofreciendo un entorno saludable y accesible para diversas actividades, es todo menos eso.
Cambiar los árboles por graba y pavimento dejó un espacio gris no solo en el color, sino en el ambiente. Menos áreas arboladas no significa menos mantenimiento, ni menos cuidados.
“Desde la perspectiva turística nunca ha sido un punto interesante, es un parque y nada más, pero es cierto que ha decaído mucho en los eventos culturales que antes se realizaban ahí”, comentó Samantha Díaz, vecina del lugar desde hace 30 años.
Jardín botánico
En el jardín botánico Dr. Faustino Miranda, ubicado sobre el corredor de las Personas Ilustres, la imagen es peor. La entrada al lugar, de momento, se recorrió a un costado del Museo de Paleontología por trabajos de mantenimiento. En tanto la bitácora de visitantes, informa que apenas de cinco a 15 personas ingresan diariamente al lugar.
Adentrándose al espacio, en los caminos del jardín sobresalen las hojas de las plantas. Los troncos, las palmeras caídas y la hojarasca han sido amontonados sin orden alguno. “Es un lugar muy natural, un tanto pacífico y muy relajante, pero toda la basura de los árboles se ve muy acumulada, habría que buscar una zona dónde desecharla para que no se vea así a la vista, aprovecharlo como una composta”, opinó Jorge, uno de los visitantes.
El costo de la entrada al lugar es accesible, 10 pesos. Los baños están sin agua, se encuentran sucios y con mal olor. La puerta del cuarto de la bomba de agua apenas y se sostiene porque las bisagras ya no sirven. Si usted piensa visitar el lugar use un repelente o traiga ropa adecuada, “hay un chingo mosquitos”, dice el guardia de la entrada.
ZooMAT
De los nueve mil visitantes que en promedio acudían a este un lugar por día, actualmente solo llegan tres mil 200 en los días más concurridos. “Las visitas han disminuido porque realmente ya no hay muchas especies que ver, y las especies que en el exterior se extinguen, también nos afecta porque ya no hay animales que se puedan traer”, comentó unos de los guías del ZooMAT.
El recorrido, desde que inicia con los cocodrilos hasta la última jaula donde están los jaguares, consta de dos kilómetros y medio. Los baños lucen limpios, pero sin papel higiénico y difíciles de encontrar, hay una persona atenta a su cuidado. La entrada a este sitio turístico tiene un precio de 35 pesos de martes a domingo, en un horario de nueve de la mañana a cuatro de la tarde. Los lunes no abren.
“La verdad le falta mucho. El zoológico está en muy malas condiciones, se supone que debe haber inversión por parte de gobierno porque sí está bastante acabado, para ser un zoológico que supuestamente le da mucho realce al estado de Chiapas debería estar mucho mejor, hemos visto otros zoológicos que le dan un poquito mas de importancia o de interés, vaya, en el mantenimiento”, mencionó Juan Carlos Gutiérrez, visitante de este espacio de recreación.
Por otro lado, “el zoológico ha sido una preciosidad, lo tienen muy bien montado porque es muy grande y natural, pero eso no quita que es un zoológico, entonces hay animales que están estresados, como el jaguar y el tigrillo. Y aunque está todo precioso y es muy educativo, tiene el mismo toque que tiene todo zoológico, esa es la contradicción. Las jaulas son grandes pero les queda pequeñas a los animales, están estresados, caminan de un lado para otro”, aseveró Javier, otro visitante.
Finalmente, los precios en las cafeterías son accesibles, desde los tacos suaves y fritos, tamal de chipilín, papas a la francesa, café, aguas frescas, pozol y refrescos. No pasan de los 50 pesos. Y en la tienda de souvenirs, los costos van desde los 15 pesos los juguetes, hasta los 275 las playeras de recuerdo. Cabe destacar que la atención de los trabajadores del zoológico siempre es amable.