Las diversas pinturas que resguarda el sitio arqueológico de Bonampak tienen una constante, muertes rituales y simbólicas de personajes a través de la destrucción intencional de los ojos, nariz o todo el rostro, explicó la maestra en Historia Prehispánica, Julia Leticia Moscoso Rincón.
Eventos funerarios
En la conferencia “La muerte ritual en Bonampak”, que la investigadora ofreció en el Museo Regional de Chiapas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), destacó que los múltiples altares con sacrificios humanos encontrados en el sitio corresponden no solamente a la muerte natural, ya que también son producto de muertes rituales y en forma de ofrenda.
Recordó que los altares cilíndricos son identificadores de la presencia de un evento funerario, lo cual ejemplificó con los edificios 4 y 7. El primero posee dos criptas con entierros infantiles: ambas son ricas en cerámica, donde los individuos que se están ofrendando poseen la peculiaridad de que son elementos están “matados ritualmente”, pues vasijas, vasos y platos presentan agujeros.
Pinturas y edificios
“La muerte no es únicamente de individuos”, pues también hay representaciones que son sacrificadas, por ejemplo, en el edificio 15 hay una escultura de estuco de alrededor de dos metros que representaba a un antiguo gobernante, y que fue cercenada.
“Se cortaron piernas, brazos y cabeza. Cuando dejó de ser gobernante se cubrió el edificio y se mató totalmente”, expuso, al tiempo que invitó a ver la reproducción que realizó el artista plástico Norberto Benítez, y que se encuentra expuesta en la sala de exposiciones temporales.
Sobre la “muerte ritual de las pinturas”, destacó que en los cuartos del Templo de las Inscripciones hay diversos personajes a los que se les destruye los ojos, inclusive el rostro completo: en el Cuarto 1, 14 personajes tienen ojos destruidos y dos el rostro; en el Cuarto 2, 20 individuos no tienen ojos; y en el Cuarto 3, son seis individuos sin rostro y seis sin ojos.
“Dentro de las cosmovisión maya, la cara y los ojos son parte esencial del cuerpo humano. Es la forma de expresar emociones y el animismo, y al destruir parte de ellos, es como si se destruyera al individuo en su totalidad o lo que representa”, concluyó