Disminuye uso de plantas nativas medicinales

En Chiapas, las plantas tradicionales nativas y consideradas medicinales, como el guash, la anona o el guarumbo, están siendo desplazadas en su uso por plantas introducidas como el romero, la albahaca o el apio, así lo detectó la antropóloga social, Brenda Guadalupe Jiménez Vázquez, resalta la influencia del sistema médico de salud. 

Su investigación “Cambios en el uso de la flora medicinal y su relación con la acción médico sanitaria… 1976-2022”, se centró en el municipio de Venustiano Carranza. La especialista del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas), detalla que hace 50 años se usaban 36 plantas nativas y 11 introducidas; actualmente la numeraria se revirtió, con el uso de 32 introducidas y 19 plantas nativas. 

La investigadora del Ciesas de la Ciudad de México explicó que “en cuanto el uso de las plantas, hubo un cambio significativo y una disminución en el uso de las nativas, algunas siguen usándose continuamente pero ya no como hace 50 años”. 

Y argumentó, “estos cambios están relacionados con la erradicación de enfermedades y por el uso combinado de medicamentos, estamos hablando de una pluralización de las plantas y de los conceptos”.

Plantas en desuso

La antropóloga detectó que las plantas que están en mayor desuso son el achiote, tormentila, contrahierba, anona, guash, pumpumflor, ortiga, guaco, guarumbo, calabaza, cabeza de viejo y el alpiste. 

Por su fácil obtención, plantas como la hierbabuena, té limón, hinojo, albahaca, ruda, son de uso continuo, sin embargo, muchas de estas son introducidas, y se le agregan el amplio abanico de frutas y otras plantas populares como el vaporub, la manzana, pera o piña.

No hay que alarmarse, la investigadora explica que no se trata de la desaparición, sino de la reconfiguración de saberes, relaciones y usos de las plantas; sin embargo, sí advierte de un cambio en la relación con la naturaleza.

Se destaca la influencia del Instituto Nacional Indigenista (INI), quien llegó a mediar la riña que existía entre la medicina científica y la tradicional, lo que ha llevado a una aceptación de la biomedicina tanto en población indígena como no indígena.