La asamblea del ejido Pablo L. Sidar, municipio de Chicomuselo destituyó al presidente del comisariado, José Hernández Domínguez, luego de que amenazó de muerte al párroco católico, Eleazar Juárez Flores.
El propio sacerdote informó que en la asamblea, en la que fue designado presidente del comisariado su suplente, cuyo nombre no dio a conocer; Hernández Domínguez reconoció que el 29 de septiembre pasado en que lo amenazó, lo iba siguiendo en su vehículo, “pero no para matarlo”.
Entrevistado en esta ciudad, Juárez Flores dijo que el problema tiene su origen inmediato “desde finales de octubre del año pasado cuando sujetos no identificados entraron a la casa de la hermana Virgilia Villatoro Pérez, que vivía en la comunidad de Pablo L. Sidar; la golpearon, le quebraron las mandíbulas, las cotillas, le sacaron un ojo y la violaron. Era servidora de la comunidad y colaboradora de la iglesia, siempre atenta a ayudar”.
Señaló que la agresión ocurrió un sábado y la encontraron muy grave el domingo siguiente por la mañana, la llevaron al centro de salud, luego a un hospital de Comitán, pero falleció.
Comentó que se presentó la denuncia y las autoridades “quedaron en que harían investigación de los hechos, pero no se han hecho y el caso sigue impune”.
Cuando la parroquia comenzó a presionar para que se hiciera justicia y que sean cerradas las cantinas, “el presidente del comisariado empezó a presionar también. Se supone que la gente que cometió el crimen estaba borracha, por lo que exigimos que se cierren todos los expendios de aguardiente”.
Intimidación
Juárez Flores manifestó que desde entonces, cada vez que Hernández Domínguez lo encontraba o se hacía presente lo seguía para intimidarlo; lo más reciente fue el 29 de septiembre.
Sostuvo que “la lucha por el cierre de las cantinas va a seguir en Chicomuselo, por lo que la empresa distribuidora de cervezas tiene temor de perder ganancias y está utilizando a José Hernández Domínguez para que no se caigan sus ventas”.