Juana Ortiz Gutiérrez, quien fuera hablante mochó y organizadora de la fiesta en honor a san Francisco, falleció a los 89 años. Esto significó una gran pérdida para una de las etnias con mayor riesgo de extinción en Chiapas
Mochó
Ortiz Gutiérrez, con 89 años, era de las pocas hablantes del mochó, lengua oriunda del municipio de Motozintla, enclavado en la Sierra Madre de Chiapas. Además, fue coordinadora de la Casa Mochó, tratándose del último espacio de preservación para la lengua y la cultura.
“No le decimos adiós, sino hasta pronto mamita, gracias por todo, fuiste un ejemplo de mujer trabajadora; rodeada de su familia y con su zapateado es como se fue. A los que gusten acompañar, será velada en barrio Guadalupe a un costado de la escuela primaria”, fue el mensaje de la familia Méndez.
Sin interés de preservar
Al respecto, Ulises Morales Flores, historiador y antropólogo, consideró el fallecimiento como una partida sensible para la etnia, ya que no existen muchas personas interesadas en preservar esta cultura.
“Doña Juanita destacaba porque era de las pocas que sabía hacer el puzunque, una bebida típica de los mochó repartían en la celebración de san Francisco (…) Y regularmente los indígenas no comparten los ingredientes con los que se prepara el puzunque. Entonces, al fallecer, digamos, se lleva muchos conocimientos”, señaló.
En peligro
Morales Flores alertó del alto peligro en el que se encuentra esta lengua, debido a la longevidad de los últimos hablantes, lo que complejiza aún más su preservación.
“Creo que por eso nos duele, hay que pensar en que se están acabando los ancianos mochó; quienes sabían cómo se realizaba el festejo (…) Hay un sentimiento de impotencia por la muerte de los últimos miembros, sin que se hagan esfuerzos necesarios para fortalecerla”, señaló.
Morales Flores, en sus diversas investigaciones, relató cómo era doña Juanita, una señora seria y de pocas palabras, pero que era el ejemplo del conflicto histórico y la estigmatización hacia “lo indígena” en Motozintla.