Desde su génesis y hasta su último viaje a Europa, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) pone “el problema de género en el centro”, explicó la doctora en Antropología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Ma´rgara Milla´n Moncayo, en el conservatorio “EZLN, 30 años balance, retos y perspectivas” para el Instituto Nacional de Antropología Historia (INAH).
Comandantas
La especialista destaca que la narrativa es evidente, pues desde el levantamiento en 1994 hay un importante número de mujeres con grado dirigiendo, y se vio a las populares comandantas que “tomaron cuarteles militares en San Cristóbal de Las Casas”.
“Otro hecho histórico es cuando la comandanta Esther pronunció un discurso histórico donde pidió que se forjaran derechos de las mujeres indígenas, al hablar de la violencia hacia la mujer y la falta de cumplimiento de los derechos reproductivos y de salud, las oportunidades laborales y la libertad de expresión de las mujeres, esto en el Palacio Legislativo de San Lázaro”, enfatizó.
Discurso
“Todo el mundo esperaba que hablara el subcomandante Marcos, que era súper taquillero; la comandante Esther dijo un discurso impecable, un documento avanzadísimo porque son mujeres hablando al Estado mexicano, a los patrones, a los hacendados y también le está hablando a sus comunidades y compañeros.
“El mandato zapatista pone el problema de género en el centro de una manera sencilla”, subrayó la también maestra en Sociología, que esto es visible hasta en las acciones más recientes como el Escuadrón 421, que se presentó en el Semillero Comandanta Ramona de la zona Tzotz Choj, y que partió de un pequeño barco que salió de Veracruz y tras 45 días llegó a Europa.
“Era el Escuadrón 421, porque son cuatro mujeres y dos varones; el zapatismo incorpora el presente a toda la proporción que tiene que estar representada; la otrora era Marijose (persona de la comunidad LGBTQ+) que al bajar de ese barco hace el discurso y renombró a Europa como tierra insumisa”.