Son casi las seis de la tarde y en el área del taller de impresión del periódico Cuarto Poder, que apenas celebró sus 48 años de vida, ya se escuchan los pasos de Juan , Rudy, Eduardo y “Chato” -quien realmente se llama Salvador, jefe del área de rotativa-.
Ellos son los maquinistas que preparan todo para imprimir las secciones: Clasificados, Sociales, Deportes, Chiapas, Nacional y la cereza en el pastel: Portada y Contraportada.
Con la ayuda de una polea colocan el pesado rollo de papel de casi 500 kilos sobre la máquina. Seguido de esto revisan los niveles de tinta, que todo esté correctamente conectado y en su lugar; si se tiene que ajustar algo lo hacen.
Chato revisa las placas de cada sección cuidadosamente, las coloca según el orden que deba llevar. Una vez listo echa a andar la impresora que sacará cada página como si fuera pan caliente.
Cada sección impresa es revisada minuciosamente, no hay margen de error y ellos lo saben, pues de acá depende la calidad que ha caracterizado al Cuarto Poder en estos 48 años de existencia.
Conforme pasa la noche entre pláticas y trabajo Salvador recuerda sus inicios en la empresa. Cuenta que inició en 1994, cuando la profesora María Morales le dio la oportunidad de entrar al proyecto de rotativa, pero antes tuvo que viajar a Oaxaca a capacitarse; 31 años después asegura que sigue con el mismo compromiso con el que inició.
Finalmente, un silencio abraza todo el edificio, la máquina se detuvo; es señal que ya es la media noche y el trabajo está hecho, ahora queda dejar todo en orden para irse a descansar con la tranquilidad de que una edición más del Cuarto Poder está lista para ser llevada a los ojos de sus lectores en su diario vivir. Aunque en este medio el trabajo no para nunca.