En el mercado negro, la venta de huevos de parlama se ha incrementado lo mismo en algunos restaurantes, bares y cantinas, que de manera sigilosa los ofrecen a sus clientes, esto a más de 20 días de haber iniciado la temporada de anidación de la tortuga golfina en el litoral chiapaneco, y en el que depredadores saquean los nidos de las playas de la región y le han ganado la partida a las autoridades, ambientalistas y voluntarios que buscan la protección de esta especie en peligro de extinción.
Y es que tradicionalmente este producto se comercializa de manera irregular, señaló en entrevista el biólogo José Alfredo González Gerardo, colaborador del grupo comunitario de protección de flora y fauna en Mazatán, por ello hizo un llamado a las autoridades inmersas en la protección de las especies, pero también encargadas de hacer cumplir la ley contra este tipo de tráfico para que pongan mano dura contra las personas que se dedican al saqueo de huevos de la tortuga golfina.
Se refirió a las playas de Mazatán, aunque esto no es privativo de ese municipio, sino que hay grupos de depredadores a lo largo de zona costera desde Suchiate hasta Arriaga, que se dedican a esta actividad ilícita que trabaja en la impunidad ante la falta de vigilancia de las corporaciones policíacas de la Fiscalía, de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales y de la Marina, provocando que se incremente el número de personas que han encontrado en el saqueo de nidos un jugoso negocio.
Señaló que para los grupos ambientalistas es difícil competir con los saqueadores, porque los voluntarios forman brigadas de cinco personas, mientras que los saqueadores son quizás de igual número, pero se ha detectado la presencia de hasta 15 grupos con cuatrimotos que les permiten recorridos más largos, toda vez que los mueve la obtención de un recurso económico considerable.
“Los voluntarios recorren noche a noche unos 10 kilómetros en la búsqueda de la anidación de la tortuga marina y proteger los huevos de los saqueadores, llevarlos al centro de conservación para garantizar el nacimiento de las crías, pero al momento nos han ganado la partida”, abundó.
Indicó que todos los quelonios marinos que se reproducen en México están protegidos por la NOM-059-SEMARNAT-2010, donde figuran en la categoría “P”, es decir, en peligro de extinción. Por ende, está prohibida su captura, así como su aprovechamiento y la extracción de sus huevos, inclusive para consumo humano y/o de supervivencia, sin embargo, esto solo queda en el papel.
Mencionó que los huevos de tortuga tienen gran demanda en los municipios de las regiones Costa, Soconusco, frontera e istmo, debido a que existen creencias en relación a su consumo humano, le atribuyen propiedades afrodisiacas, sin embargo, es totalmente falso de acuerdo con estudios científicos.