Los guardianes del Cañón del Sumidero

El cocodrilo (cocodrilus acutus) es un animal emblemático de Chiapas, al punto en que la población lo defendió tras haber sido criticado por su nulo movimiento dentro del Cañón del Sumidero. No obstante, dicha especie ha sido histórica para esta zona de Chiapas.

¡Lagarto a la vista!

José Luis Castro Aguilar, destacado cronista chiapaneco, en su libro “Bosquejos históricos de Tuxtla Gutiérrez”, expone la historia del Grupo Explorador Pañuelo Rojo. Dicho conjunto fue integrado por Jorge Narváez Domínguez, Maximiliano Hernández, Martín Pérez Chamé, Eneas Cano, Salvador Hernández, Ramón Alvarado, Nabor Vázquez y Rodulfo Castillejos.

El grupo Pañuelo Rojo es considerado como unos verdaderos héroes de carne y hueso por su conquista del Cañón del Sumidero. Cabe señalar que la afluente en los 60’s se mantenía vivo; es decir, era caudaloso y con corrientes intensas, dicha actividad murió al instalarse la presa Chicoasén.

Al respecto, Castro Aguilar menciona que los exploradores no sabían con precisión el curso de la corriente.

“Los víveres se tenían que llevar a cuestas por agua, por las rocas o mediante cables. Las piedras formaban canales sumamente angostos en los que debían pasar con mucha precaución. El paso de La Coyota y la Gran Curva fueron los mas difíciles de cruzar”, inmortalizó el cronista.

Además, en dicha exploración un gigantesco cocodrilo, con las fauces abiertas, trató de atacar a los expedicionarios. “Por lo que Cano Zebadúa le disparó tres veces con una pistola calibre .22, dando una en el blanco. El cocodrilo salió corriente”, expuso.

No obstante, ese ataque no fue el único hecho por el reptil. “Más adelante, cerca del campamento Pañuelo Rojo, un cocodrilo atacó a los exploradores, pero nuevamente le dispararon, hiriéndolo ligeramente. Los disparos provocaron el espantoso chillido de cientos de monos que arrojaban palos y ramas a los intrusos (el grupo)”, puntualizó.

Publicación

Jerónimo Domínguez, destacado biólogo y experto en cocodrilianos, reflexionó acerca de la publicación y explicó el comportamiento de dichos reptiles.

“Hay que recordar que los cocodrilos se caracterizan por descansar en el día, por tanto, cargan energía y hacen mínimos esfuerzos para poder cazar en la tarde y noche”, comentó.

Domínguez consideró positivo la corrección de decenas de personas a la publicación, a razón de ser conscientes de su comportamiento.

El investigador puntualizó en la búsqueda del origen de dicho posteo, no obstante, hasta el momento no lo han encontrado; por lo que podría considerarse como una broma.

Domínguez ahondó en la versión histórica sobre la presencia de cocodrilos antes de la creación de la presa Chicoasén, en la cual, se creó la primera UMA (Unidad de Manejo Ambiental) denominada El Boquerón.

“Existían animales como El viejo, quienes eran de considerable tamaño. Son parte del ambiente y se les guardaba mucho respeto. Era mejor guardar su distancia y se cuidaban de no meterse a la zona, porque se corrían el rumor de que comían gente”, contó.

Inclusive, el biólogo aportó el estudio arqueológico realizado en Chiapa de Corzo, en la que se encontraron restos de cocodrilos con uso ceremonial.

Población

El especialista con 35 años de trabajo en cocodrilianos calculó la presencia de entre 100 a 150 ejemplares a lo largo de la cuenca del Cañón del Sumidero, en la que se tenía un dato de al menos un ejemplar por cada tres kilómetros y medio.

“En 15 años se tiene un pequeño aumento. Se sabe, existen al menos 30 miembros reproductores”, dijo. Por tanto, la población de cocodrilos se mantiene controlada al interior de la reserva.

“Hay que recordar son especies sumamente territoriales. Y su presencia genera turismo y atracción, por tanto, debe ser valorada y aprovechada dicha especie”, finalizó.