La fundación La Fuerza de mi Sonrisa llevó a cabo una jornada médica de gran relevancia para menores de edad con labio y paladar hendido.
En el Hospital de Especialidades Pediátricas, el cirujano plástico, Juan Cuéllar, compartió detalles sobre este programa que va más allá de una simple cirugía.
Aparte de las cicatrices, La Fuerza de mi Sonrisa continúa transformando las vidas de cientos de niños chiapanecos con labio y paladar hendido, por medio de un tratamiento integral que incluye cirugía, foniatría, terapia del lenguaje y ortodoncia, por lo que estos pequeños están recuperando su capacidad de hablar con claridad y confianza.
Juan Cuéllar explicó que el objetivo principal de este programa es brindar a los niños una calidad de vida plena. “No solo se trata de corregir el aspecto físico, sino de mejorar su comunicación y autoestima”.
Equipo multidisciplinario
La jornada médica realizada este lunes permitió evaluar a 123 pacientes que ya fueron operados. Estos niños y niñas son valorados por un equipo multidisciplinario que incluye un foniatra y una terapeuta del lenguaje, quienes determinan si requieren cirugías adicionales o terapias específicas.
“Es importante destacar que el tratamiento de labio y paladar hendido es un proceso largo y complejo”, señaló el Dr. Cuéllar.
Cada tres meses, “los pacientes son evaluados para monitorear su progreso y ajustar el tratamiento según sea necesario”, agregó.
La fundación ha beneficiado a más de 800 niños desde su creación, hace 14 años.
Sin embargo, el especialista reconoció que aún hay un largo camino por recorrer, ya que solo una pequeña proporción de estos pacientes completa el tratamiento.
Esta iniciativa de La Fuerza de mi Sonrisa representa una esperanza para cientos de niños y sus familias. Al brindarles la oportunidad de hablar con claridad y sentirse seguros de sí mismos, se les está abriendo las puertas a un futuro lleno de posibilidades.