Necesario avanzar con sentido ético
La IA podría abrir brechas tecnológicas y académicas entre universidades, por lo que habrían ventajas de unas a otras. Karla García / CP

La herramientas de Inteligencia Artificial como ChatGPT, son cada vez más utilizados entre el alumnado y el profesorado, lo que ha detonado una amplia discusión sobre su uso ético, desafíos, aplicación y regulación en el sistema educativo mexicano, pues comienzan a modificar la forma en que pensamos, redactamos y trabajamos.

Lo anterior fue la conclusión a la que llegaron académicos de distintas universidades públicas y privadas que forman parte de la Red de Innovación Educativa (RIE360), en un panel realizado el pasado 28 de octubre llamado “Diálogos a dos años del nacimiento de ChatGPT: experiencia y retos de la lA en educación”, la cual publicaron las universidades participantes en sus portales web.

En este panel, el doctor Abraham Mena Farrera, investigador asociado a El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), subrayó que en materia de IA advirtió que el uso de las nuevas tecnologías puede incluso profundizar la brecha digital entre países, escuelas y colegas, ya que no todas las universidades públicas pueden aspirar a la tecnología, por lo que insistió en evaluar cómo avanzar en el tema pero con un sentido ético.

Acceso

En ese sentido, el Dr. Fernando Valenzuela Migoya, líder global en tecnología educativa y con más de 30 años de experiencia, puso el ejemplo de un equipo de consultores que con inteligencia artificial logró 12 % más de tareas, 25 % más rápido y 40 % mejor; aunque recordó que también es importante observar el contexto de acceso a la tecnología, que no es el mismo para todas las personas.

Además de abrir estas brechas tecnológicas entre universidades, Mena Farrera agregó que existen otras brechas que se amplían, como las del ámbito cultural-social, pues enfatizó que, hasta el momento, las IA están patriarcalizadas y reproduce sesgos de género, de raza y clase.

Luis Vallejo, maestrante de una universidad privada en la capital, dio un ejemplo de lo que expuso Mena Farrera.

“Lo dicho por Mena se puede observar cuando al ChatGPT se le solicita algún tipo de texto con perspectiva de género; en sus algoritmos aún no tiene integrado palabras o sintaxis que conciba como algo de perspectiva de género”.

Vallejo explicó que lo mismo pasa con las IA de diseño o fotografías, como lo son Artgurú, Copilot, Picsart, Photor, entre otras. “Le pides que te haga una imagen de, un ejemplo, mexicanos disfrutando de la playa; te da imágenes de personas pero todas con tez clara, con barba abundante, que pueden ser de un país caucásico y el único elemento que hay que se puede decir que son mexicanos en la imagen es un sarape sobre la mesa en una playa”.