Adolfo Abosaid/Cp
El cambio de nombres que ha prevalecido en los últimos años en los parques, jardines, calles, bulevares, calzadas y mercados de la capital chiapaneca han originado la falta de identidad entre los habitantes, consideró José Luis Castro Aguilar, Cronista Oficial de la ciudad.
Consideró que realizar cualquier cambio en los espacios públicos sin consultar con los grupos artísticos, culturales e históricos, es una falta de respeto para los tuxtlecos y para la cultura.
Como ejemplo, dijo, el mercado Gustavo Díaz Ordaz sufrió una modificación hace unos años y ahora se llama Juan Sabines; sin embargo, un sector de la población se quedó con el primer nombre.
El cronista aclaró que las remodelaciones se pueden hacer las veces que sean necesarias, pero se deben respetar los nombres tradicionales y populares que les fueron asignados a los espacios públicos de manera oficial o por parte de la población.
Otro ejemplo, explicó, es lo que ha ocurrido con el parque Santo Domingo, nombre que fue asignado porque se construyó en el atrio del templo de Santo Domingo de Guzmán, pero a lo largo de la historia ha sufrido varios cambios.
Fue fundado en 1903 con el nombre de parque Pimentel en homenaje al gobernador de ese momento; posteriormente, se le llamó de la Constitución y en 1962 fue nombrado como el parque Juárez; no obstante, la ciudadanía desde hace más de 100 años le ha llamado parque Santo Domingo.
A través del libro La Nomenclatura Oficial de Tuxtla Gutiérrez se detallan 30 ejemplos de las modificaciones que han tenido los parque públicos de la ciudad a lo largo de los años.
“La gente va perdiendo identidad con los monumentos históricos y se van confundiendo, si viene de fuera peor todavía porque no saben ni como se llaman los parques”, puntualizó.
Reconoció en algunos casos se han cambiado los nombres por proceso históricos y naturales, pero en otros las modificaciones han sido de manera arbitraria.