Poca apropiación del etiquetado frontal
La investigadora dijo que hace falta más estudios para saber el impacto del etiquetado en niños. Carlos López / CP

El etiquetado frontal de advertencia para alimentos procesados y bebidas embotelladas, implementado en 2020, se hizo con el objetivo de que la población hiciera conciencia de lo que consume, sin embargo, en el caso de los niños muy pocos lo revisan y entienden.

María Fernanda Melchor Reyes, estudiante de la Maestría en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) unidad San Cristóbal, realizó una investigación sobre las “Campañas Saludables en la Apropiación del Etiquetado Frontal”.

Cuestionarios

A través de cuestionarios y grupos de enfoque, encontró que los estudiantes de primaria reconocen la existencia del etiquetado frontal, sin embargo, el conocimiento que no tienen ha sido a partir de los productos que consumen y no a través de alguna campaña de comunicación.

Refiere que el 30 % reporta haber visto algún comercial o escuchado en la radio acerca del etiquetado frontal.

La falta de apropiación y comprensión se vio reflejada en el uso de etiquetado de advertencia, ya que solo un 33 % de los estudiantes lo revisa antes de consumir un producto.

Estudio

Ella trabajó con un grupo de 240 estudiantes de cuatro escuelas primarias públicas: dos en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, y dos en los Valles Centrales de Oaxaca. El objetivo fue explorar la eficacia de las campañas en el uso y comprensión que tienen los niños del etiquetado.

Señaló que México instrumentó en el año 2020 el nuevo etiquetado frontal de advertencia para alimentos y bebidas no alcohólicas (NOM-051-SCFI/SSA1-2010), el cual consiste en cinco símbolos de advertencia octagonales color negro que informan al consumidor cuando un producto es excesivo en calorías o ingredientes críticos.

Investigadores de otras instituciones han señalado que gran parte de la población no está educada sobre buenos hábitos de alimentación y nutrición, a pesar de que existe un sinfín de información; aunque, hay que considerar que la decisión de comer saludablemente se basa en la necesidad de saciar el hambre, situación económica, gustos y preferencias.