La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Secretaría de Desarrollo Institucional y el Seminario Universitario de Sociedad, Medio Ambiente e Instituciones publicaron el “Atlas de socioecosistema Río Grande de Comitán-Lagos de Montebello”, con el fin de analizar la relación entre humanos y ambiente en dicho sitio.
Marisa Mazari y Paola García, coordinadoras del libro, consideraron a Chiapas como un estado que podría ser por sí solo un país.
Con más de 73 000 km² de extensión, abarca zonas con una gran riqueza natural y étnica, en las que podemos encontrar cordilleras y valles que alojan diversos paisajes considerados entre los más bellos del mundo. “En estos lares encontramos diversos cuerpos de agua que se comunican y unen a través del territorio kárstico”, puntualizaron.
Dichas interconexiones conforman un sistema de más de 50 cuerpos de agua, denominado Lagos de Montebello, que incluye lagos y cenotes, así como la presencia de ríos tanto superficiales como subterráneos que integran ecosistemas y albergan poblaciones que se han asentado en la zona por cientos de años.
Las investigadoras al visitar la región atestiguaron la conservación de la visión romántica de Humboldt y su sentir en el compromiso con la naturaleza como un ente protagonista de la historia del estado en interacción con sus habitantes.
“Por tanto, a pesar de ser una de las regiones de México más ricas en recursos hídricos, hemos observado las dificultades a las que se enfrentan los pobladores, en especial las mujeres y los niños, por el acceso a este recurso de uso común. Aunque, un gran atractivo turístico del estado de Chiapas es precisamente el sistema de Lagos de Montebello, cuya diversidad de dimensiones y profundidades confiere a los lagos muy diversos colores de acuerdo con la luz que reciben a diferentes horas del día.
“Desafortunadamente, algunos de los lagos han sufrido una alteración que ha provocado un cambio de coloración: en el pasado presentaban una increíble transparencia con diversos tonos de azul y verde; ahora tienen un color verde con una alta turbidez”, mencionaron.
Las investigadoras buscan brindar elementos fundamentales para el entendimiento de este sistema que componen el río Grande de Comitán y el sistema de los Lagos de Montebello, “en el que los humanos convivimos con el medio ambiente en un proceso dinámico, que presenta pulsos y presiones sobre los recursos hídricos que han tenido efectos en el sistema a lo largo del tiempo, desde las culturas mayas asentadas en la zona, cuyo auge se presentó en el periodo Clásico Tardío (600 a 900 d. C.), hasta nuestros días”.