Previo a cada show, detrás del telón, cada personaje e integrante del circo está en su vida normal; en ese breve espacio no son contorsionistas, magos, ni payasos, simplemente siguen su día a día sin olvidar que forman parte de una gran familia circense.
Tal es el caso de Yuliana Maday García, una joven trapecista que ha dedicado gran parte de su vida a está noble y arriesgada profesión que comparte con más incondicionales del show vivo.
“El circo es considerado el mejor espectáculo del mundo, es una parte abierta a la fantasía, un camino mágico al entretenimiento de toda la familia, donde lo imposible se hace realidad”, agrega Maday mientras adentro de su camper realiza algunos ejercicios o posturas para la lente.
En este escenario también encontramos a Raúl Gómez, conocido como “Tronquito”, siendo de la sexta generación de circo y encargado de la parte de la comicidad.
“El circo junta a las familias para vivir algo mágico y divertido; el circo une, por lo que para nosotros es muy importante que la gente acuda y sienta la experiencia de los shows”, comenta mientras ensaya con su otro compañero de jolgorio, Alejandro Colmenares, originario de Venezuela, quien agregó: “Soy parte del circo Rudy Brothers aquí en Tuxtla y tengo 20 años en México lindo y querido, trabajando con cariño y respeto para ustedes”.
“Quiero comentar que nosotros somos creadores de ilusiones; de hacer reír a un niño, de que el papá se sienta más arropado de esa sonrisa de su hijo; quizá somos como médicos, pues tratamos de curar los malestares de las familias con las risas”, expresó.
“Al entrar a la carpa trabajamos para que las familias se olviden un poco de sus problemas y se lleven un buen sabor de boca de lo que sabemos hacer, que es reír”, finaliza Alex.