Desde la Tribuna

Lo bueno y lo malo de la serie México-HondurasNo podemos ver lo que pasó el viernes o el martes y sacar conclusiones de un solo partido cuando se trata de una eliminatoria a ida y vuelta. ¿Cuál es el balance general de la última fecha FIFA del año?

No hay que rasgarse las vestiduras

Otra vez más México tuvo un mal resultado y ya todo el mundo llamaba a la catástrofe, a correr a otro DT (quien ya de por sí es el cuarto en menos de dos años) y a que tendríamos que calificar a la Copa Oro vía repechaje.

No es que perder en Honduras sea algo positivo, y hay mucho que aprender de los errores y de cómo fuimos superados en San Pedro Sula, pero es que se tiene que juzgar estas eliminatorias una vez se jueguen ambos partidos, teniendo además el antecedente de hace un año donde perdimos allá por idéntico marcador y ganamos la vuelta siendo muy superiores.

La diferencia fue la contundencia y la paciencia para buscar la goleada, pero al final lo que pasó fue casi lo mismo. Además, cabe recordar que ganar allá nunca ha sido una constante: solo tres victorias en 30 años para el Tri en suelo catracho. Que allá nos cueste en un ambiente tan hostil es lo normal; golearlos ya con nuestra gente también es lo normal.

La paciencia es una virtud

Lo que más me gustó de esta selección fue el hecho de no desesperarse, sabiendo que tenían 90 minutos para buscar al menos dos goles, que se sabía superior en calidad y en táctica, y que intentó de diferentes formas hacer daño al rival.

Desde la banda, con tiros de fuera del área, con pases filtrados, a pelota parada; de todas las maneras México creó peligro sobre la portería hondureña y el 4-0 hasta se quedó corto. Ahora sí, ¿de qué van a llorar los catrachos?

¿El regreso de las rotaciones?

Poco se habló en medio del drama, pero Aguirre cambió casi completamente al equipo del viernes al martes. Solo Montes, Edson y Raúl repitieron en la alineación titular. Entraron Malagón, quien de lo poco que fue exigido respondió bien; Huescas, en su primera titularidad; Gallardo, quien debe ser el titular sí o sí pese a que tuvo un partido con algunos desaciertos; Orozco Chiquete, quien respondió con creces y peleará la titularidad, dando además una asistencia crucial antes del descanso; Luis Romo, quien jugó los 90 minutos y fue pieza clave; Charly, que comandó el ataque mexicano; Alexis Gutiérrez, quien tuvo sus primeros minutos en el Tri mayor y lo hizo muy bien; y Alexis Vega, que fue de lo mejor de la selección, sintiéndose muy cómodo en su propio estadio y siendo el más peligroso.

Si bien el mejor del partido fue Raúl Jiménez, quien llevamos rato diciendo que es el mexicano en mejor momento del planeta, los reflectores se los llevó Henry Martín, quien no siquiera salió a la banca en San Pedro Sula y ahora anotó un doblete que, si bien no tuvo una alta dificultad (un balón empujado sin arquero y un penal), sí terminó siendo clave para el pase de la selección.

Por último está Jorge Sánchez, quien fue titular en el primer encuentro, entró de cambio en el segundo, falló una clara y terminó dándole el gol de la clasificación a México con un auténtico golazo, bajándola como “crack” y fusilando al arquero.

El incidente

No podemos dejar pasar el momento más infame de esta serie que pasará a la historia. Si bien es cierto que Aguirre se enganchó y encaró a la afición hondureña, la cual de por sí nos tiene un odio inmenso, eso no condona la violencia por parte de la tribuna. Sí hubo una acción, pero la reacción fue exagerada.

Y sí, el culpable mayor fue la Federación Hondureña de Futbol, quienes no solo permitieron el ingreso de latas al estadio, algo que no podrías hacer en la mayor parte del mundo, sino que sacaron el peor comunicado que he visto, culpando al “Vasco” y hasta exigiendo que se disculpe públicamente.

Salió sangrado, descalabrado y encima quieren que pida perdón. Lo mejor de todo es que acabó la fecha FIFA, y no hay que hablar más de selecciones hasta marzo.

¡Hasta la próxima!

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