Fallece legendario Romeo “Capagato” Gamboa

Romeo Gamboa Gutiérrez, mejor conocido como “El Capagato”, dejó este plano terrenal a los 78 años de edad, pero queda su legado como gran ídolo de la época dorada del Futbol chiapaneco. El orgullo del barrio de San Roque de Tuxtla Gutiérrez y estandarte del cuadro Santa Fe maravilló con sus goles y hazañas en los campos de antaño, siendo un referente del balón hace medio siglo.

Con apenas 13 años de edad comenzó su andar en las canchas, en 1959, con el club Montecristo, para de ahí pasar a las filas de la Prevo, y en 1964 formó parte del equipo de sus amores, el Club Deportivo Santa Fe, con el que permaneció hasta 1980 en la primera fuerza de la Liga Municipal del Futbol de Tuxtla.

Hace unos años brindó una entrevista a “Cuarto Poder”, en la que compartió anécdotas y dio cuenta de su forma de ser humilde, pese a que siempre recibió los halagos de quienes lo vieron jugar y el respeto de sus compañeros y adversarios en el campo.

“Nunca me consideré un ídolo. Afortunadamente, la gente de San Roque así me consideraba. Yo me consideraba un jugador mejor que los demás, pero ídolo no. La gente me estimaba porque era mi barrio y cuando inicié mis aspiraciones eran otras como jugar en el profesional”, contó.

En 1966, con tan solo 20 de años de edad y en una época en la que no existían las estructuras de fuerzas básicas para formar futbolistas profesionales, su talento lo llevó a ser detectado por gente de Veracruz, aunque no fue sino hasta un par de años después cuando emigró al club de Aguadulce de la Liga Petrolera Semiprofesional, patrocinado por Pemex.

Una lesión en la rodilla le impidió seguir allá, por lo que regresó a Tuxtla Gutiérrez, donde pronto tuvo otra oportunidad para irse a jugar a Torreón, en 1970, pero al ser ese año el Mundial el equipo rompió filas y “Capagato” regresó a su tierra, optando por ya no volver al norte del país. Incluso, con 29 años de edad, fue recomendado para el Atlético Español de la primera división, pero esa opción tampoco se concretó.

“Tuve muchas anécdotas, y una que recuerdo, que para mí es bastante satisfactoria, fue cuando le metí gol a Miguel Marín, y él me mandó a llamar a través de don Toño Pariente y me dijo que nunca había visto a un jugador como yo, porque cayendo le anoté al gol. Ese partido lo jugué supuestamente con la selección Tuxtla, pero fue un combinado que lo formaron directivos del Club Campestre, quienes fueron los que trajeron a Tuxtla al Cruz Azul, y este partido lo jugamos en el Reyna”, relató.

A nivel amateur, además del Santa Fe, defendió los colores del Junior y el Club Municipal. Lideró también al equipo campeón nacional del Injuve en 1973, y todavía un par de años después se animó a irse a jugar a El Salvador (en la época de la guerrilla), portando la camiseta del club La Tapachulteca.

Sobre su apodo, reveló que lo tenía desde que era niño y se lo pusieron jugando con sus amigos en la plazuela de su querido barrio, cuando todos corrieron para atrapar un gato que merodeaba el lugar, siendo él quien le dio alcance y de ahí empezaron a llamarlo “El Capagato”.

El 1 de noviembre de 2017 tuvo su última aparición como jugador veterano, a los 71 años de edad, en la conmemoración de los 45 años de creación del estadio Flor del Sospó.