La temporada 2024 de la NFL sigue su marcha y, con ello, los golpes que dejan secuelas y que atentan contra la integridad de los jugadores continúan generando polémica. Tras el cierre de la semana 5, fueron al menos dos golpes que llamaron la atención de los espectadores, debido a las condiciones en las que superaron el famoso “Protocolo de conmoción”.
El más llamativo se dio en el partido entre los Buffalo Bills y los Houston Texans, cuando la cabeza del mariscal de campo Josh Allen rebotó en el piso, lo que lo dejó totalmente inconsciente.
Sin embargo, una vez que fue llevado a la carpa, en donde atienden a los jugadores, Allen estuvo de regreso en el terreno de juego casi de manera inmediata y en un punto clave del encuentro, lo que ha llevado a cuestionar las medidas que ha implementado la NFL para salvaguardar la integridad de los jugadores.
Desde que se instauró el protocolo en 2011, este se ha ido renovando año tras año, añadiendo equipamiento y reglas que ayudan a evitar golpes innecesarios. De acuerdo con Jeff Miller, vicepresidente ejecutivo que supervisa la salud y la seguridad de los jugadores, las cifras de conmociones en este 2024 se han reducido desde los entrenamientos, al registrarse 44 en la temporada baja, es decir, 24% menos respecto al año pasado, pero no en partidos.
Además de Allen, otro caso que ha dado de qué hablar, es el del mariscal de campo Tua Tagovailoa, quien fue puesto en la reserva de lesionados tras salir conmocionado en el partido de la semana 2.
Tua sufrió su tercera conmoción cerebral en apenas dos años, y pese a ello, tiene la posibilidad de seguir jugando, al menos así lo dejó entrever el entrenador en jefe de los Delfines de Miami, Mike McDaniels.
“Hay una consulta de expertos que se ha programado para esta semana”.