Luego de permanecer internado en una clínica de salud mental de su ciudad debido a su negativa a hablar, Abel regresa a casa. La condición de este niño, de apenas nueve años, es la de mutismo selectivo.
Su madre se las ingenia para convencer a los médicos que llevan el caso del niño que lo dejen salir de la institución por una semana, pues está segura de que la convivencia con sus hermanos hará que poco a poco las cosas vuelvan a la normalidad.
Al mismo tiempo, Cecilia, la mamá de Abel y de otro par de niños, se las ingenia para hacerse cargo de su casa y sacar adelante a sus hijos.
Una vez que Abel vuelve a casa adopta el papel de la figura paterna, pues esta es ausente, y sus hermanos contribuyen a su avance siguiéndole la corriente. Todo esto ayuda a Cecilia a evitar que Abel sea trasladado a un hospital de alta especialidad ubicado en la Ciudad de México.
Hasta que Anselmo, esposo de Cecilia, aparece en casa luego de un par de años en Estados Unidos, país a donde se fue con el fin de brindar mejores oportunidades de vida a su familia.
Abel es la primera cinta dirigida por Diego Luna. El hasta entonces actor y productor eligió esta historia porque su eje es el amor incondicional que un padre puede sentir hacia su hijo.
Para encontrar al chico que debía encarnar al protagonista, Diego impartió cursos de actuación a niños, tarea que desempeñó por varios meses con el objetivo de encontrar a un infante que le inspirara ternura, pero al mismo tiempo determinación.
Después de cinco meses de trabajar con su grupo, tuvo la seguridad de que Abel sería interpretado por Christopher Ruiz-Esparza, y el hermano de este en la cinta (así como en la vida real) sería Gerardo.
En el filme actúan Christopher y Gerardo Ruiz-Esparza, Karina Gidi, José María Yazpik, Geraldine Alejandra y Carlos Aragón.