Adal Ramones tiene 62 años, pero para él esto no significa nada, debido a que la vida le sigue poniendo retos que lo hacen probarse y descubrir que la edad es solo un número en el calendario.
“De pronto digo ‘creo que ya no puedo hacer ciertas cosas, no me puedo arriesgar’, y de repente una plataforma me invita a un programa (que se estrena pronto) de mucho riesgo y pienso ‘va, lo puedo hacer’; entonces sigo realizando las mismas estupideces que en ‘Otro rollo’, me aviento de una moto, salgo volando, etcétera, y me sorprendo de lo que puedo aún lograr”, compartió.
Esta actitud ante el paso del tiempo se debe a que el conductor cambió los prejuicios que le fueron inculcados en su educación, donde se pensaba que la vida del hombre terminaba al convertirse en abuelo. “Hemos roto con muchas cosas; mi padre a los 50 hablaba que al llegar a los 60 podía morirse en paz porque ya había cumplido, y ahora cambió todo, tenemos esta edad y nos compramos una Harley-Davidson para andar en moto, también te divorcias y no te está negado enamorarte otra vez, incluso de una mujer más joven”, considera.
Incluso, Adal no se opone a que el hombre se haga algunos arreglos estéticos, como él lo hizo, cuando se quitó las ojeras y tres milímetros del párpado hace 20 años. “Se vale todo, porque tenemos la libertad de hacerlo. ¿Quién carajos es la gente para criticarte? Creo que he llevado la madurez en paz porque no mido el tiempo en años”, opina.
Revivir la paternidad
Pero Adal no solo vive un nuevo aire en la madurez, también la vida le dio la oportunidad de experimentar otra vez la crianza de un bebé al lado de su esposa Karla de la Mora, a quien le lleva 24 años, y le ha dado dos hijos, Cristóbal, de cinco, y Cayetano, de uno.
Por eso decidió montar la puesta en escena Papá otra vez, en la cual, acompañado de la actriz Ana Belena, aborda cómo es la paternidad a través de los ojos de un hombre de 50 años.