Afrontan el reto de promover el arte

El reto de promover el arte en el siglo XXI. Desde hace cinco años, Saenger Galería se ha convertido en un ejemplo de cómo se conciben estas empresas en el nuevo milenio y en un mundo global.

Conservando su “corazón comercial”, de representar a artistas visuales y promover su obra, estos espacios buscan ahora detonar otro tipo de proyectos, como una editorial, y utilizar canales alternos para llegar a un mismo fin; además, apuestan por la internacionalización y abren sus puertas a todas las disciplinas.

“La base es la de siempre. Pero nosotros quisimos enfocarnos en el desarrollo. La galería tiene un corazón de exposición, de presentar a artistas y representarlos, llevarlos a ferias y a exposiciones, desarrollar su mercado, que los curadores los conozcan. Pero también es importante utilizar canales alternos, como las publicaciones y las ediciones de obra gráfica, para consolidarnos. Es la fórmula que hemos encontrado. Hemos hecho de la colaboración uno de nuestros principales valores”, comenta Bernardo Saenger, su fundador, en entrevista.

Hasta este momento, la galería ha organizado unas 40 exposiciones dentro y fuera de su sede. Nacida como Saenger Editores en 2018, sello que ya lleva publicados unos 20 títulos, entre catálogos y libros, la galería abrió sus puertas en 2019, seis meses antes de la pandemia de covid-19, en el histórico barrio de Tacubaya.

La sede, con una superficie de mil 200 metros cuadrados, alberga dos espacios expositivos divididos en una Sala Principal y una Sala de Proyectos, donde se presentan propuestas de diversa índole, tanto de artistas representados como invitados: “Hemos aprendido mucho en estos cinco años. Ha sido complicado, como cualquier negocio. La galería estaba pensada para enfocarnos exclusivamente en la pintura contemporánea latinoamericana. Pero me di cuenta de que eso no era el objetivo buscado”.

“Pronto migré a esta idea de trabajar con artistas globales, tanto mexicanos como extranjeros, de Alemania, Japón, Australia y Francia. Es interesante cómo hicimos este maridaje, esta mezcla; sí cargada al arte latinoamericano, pero manteniendo lo global”, agrega el empresario, cuya galería cuenta actualmente con 20 artistas en su catálogo, más seis en colaboración, y ha organizado unas 40 exposiciones dentro y fuera de este lugar. “Nos interesa sacar la obra del recinto. Cada año hacemos al menos un show en espacios de relevancia arquitectónica de la Ciudad de México”, añade.

De formación financiera, el maestro en Arte Contemporáneo explica que desde el principio han estado presentes en las principales ferias de arte del país e internacionales. “También hemos procurado mantener relaciones cercanas, transparentes y duraderas con artistas, coleccionistas, curadores, instituciones, galerías y otros agentes involucrados en el mundo del arte. Nos interesa pensar a largo plazo”, abunda.

En cuanto a los avances del sello editorial, refiere: “Hicimos el catálogo razonado de la obra gráfica de Pedro Friedeberg; hemos hecho publicaciones de Eduardo Terrazas y el libro ‘Pintura: México vol. 1’. Además de las publicaciones, hacemos ediciones gráficas impresas y múltiples. Otro canal. Hemos editado más de 100 obras gráficas y seriadas de distintos artistas. Así hemos desarrollado el coleccionismo. Hemos entendido que el joven coleccionista empieza comprando una obra gráfica, así se rompe el miedo”.

El gestor confía en el futuro, pues “el mercado del arte no va a parar. A veces la gente se la piensa un poco más, se demora en tomar la decisión de comprar; pero cuando hay certidumbre, todo se empieza a mover”. Y adelanta que cerrarán fuerte el 2024, “con una publicación increíble que le estamos haciendo a la escultora y pintora Perla Krauze y una serie de ediciones gráficas. Además de cuatro exposiciones: en septiembre tendremos al artista alemán Lutz Braun; en la Sala de Proyectos estará Enrique Hernández, representado por la galería tapatía Tiro al Blanco. Y, en noviembre, exhibirán el poblano Sebastián Hidalgo, y Adrián White en la Sala de Proyectos”.

Tras el camino andado, concluye: “Soy un feliz galerista en este complejo negocio del arte”.