Una apertura en la industria cinematográfica estadounidense y que haya un grupo de realizadores mexicanos que han comenzado a reclamar el mundo, se han conjugado para hacer un buen momento para el talento nacional.

Eso considera Alfonso Cuarón, ganador de cuatro premios Oscar con Roma y Gravedad, quien a principios de los 90 salió de México ante la casi nula probabilidad de hacer cine, buscando oportunidades en el mercado estadounidense.

En el último sexenio creativos como Alonso Ruizpalacios y Alejandra Márquez Abella han dirigido la serie Andor, de Star Wars y A un millón de millas, con Michael Peña, respectivamente, combinándolo con proyectos en México. “Hay una generación de cineastas que han querido reclamar el mundo y es maravilloso. Por otro lado, hay mucho mayor apertura ahora, sobre todo en la industria gringa, a talento que viene de afuera”, dice Cuarón.

“Eso había sucedido desde el cine mudo y la posguerra gringa. Si ves más del 50 % de los grandes directores vienen de Europa, después una tendencia más hacia a un ‘gringocentrismo’. Ahora creo se reconoce que se necesita el diálogo de ideas para que las cosas no se estanquen, incluso directores trabajando en Europa y demás”, añade.

El realizador asistió al Festival Internacional de Cine de Morelia para presentar los primeros cuatro episodios la serie Desprecio, la cual dirigió y coescribió, que sigue a una documentalista (Cate Blanchett) exitosa con un pasado oscuro. Está disponible en Apple TV Plus, cuyo capítulo final llega el 8 de noviembre.

En algún momento comentaste que el cine ya parecía radionovelas porque era cerrar los ojos y uno podía imaginarse lo que pasaba…

Eso no aplica a la televisión por desgracia, aplica a casi todo lo que es el cine comercial contemporáneo. En realidad, puedes cerrar los ojos y te van contando la historia.

Pero hay historias como esta (Desprecio), ¿es complicado batallar contra eso?

No. No creo que haya alguien reprimiendo eso, considero que es más bien el ímpetu desde cada gente, de cada proyecto.

¿Llegaste a pensar, ya en el rodaje la serie, qué hacías ahí?

La única cuestión fue por la longitud, porque fue un error de cálculo. El hecho de que la metodología que utilizo de cine requiere de más tiempo, fue hacer como tres películas y media seguidas. No lo repetiría por el momento, pero ya veremos.

¿Qué tan fácil es manejar tiempos distintos en la serie, cuando en todo momento están pasando cosas?

Mantener un evento narrativo y sobre todo de cierta duración, con ritmo y continuidad a pesar de que brinques de narrativa en narrativa y que cada una se vaya complementando e incluso contradiciendo. Creo se logró.