Defiende el trabajo del Tren Maya

El coordinador del proyecto de salvamento arqueológico del Tren Maya, Manuel Pérez Rivas, defiende que los trabajos encabezados por él y un equipo de casi 500 especialistas se realizaron de forma correcta y en el tiempo marcado por las autoridades federales y con los recursos que se les otorgaron. “No hubo destrucción alguna de vestigios”, dice de forma tajante.

Las declaraciones del funcionario se oponen a las del arqueólogo Fernando Cortés de Brasdefer, quien evidenció la destrucción de vestigios en el tramo 7 de la obra, con fotos y entrevistas a los pobladores, que se incluyen en el cuaderno de trabajo “La construcción del Tren Maya y la destrucción del patrimonio arqueológico en la Península de Yucatán”, elaborado por el antropólogo Juan Manuel Sandoval con ayuda del historiador Felipe Echenique.

Pérez Rivas no desmiente ni descalifica las declaraciones y evidencias presentadas por Cortés de Brasdefer, pero expresa que no todos los investigadores y especialistas pueden opinar sobre las labores que ha encabezado desde que inició la obra, además, dice, debe defender el trabajo arqueológico realizado durante la construcción.

El doctor en Estudios Meseoamericanos no teme perder su cédula profesional por futuras revisiones o análisis de los trabajos de salvamento a profundidad en los más de mil 500 kilómetros de la ruta del tren.

¿Niega destrucción de patrimonio en el tramo 7?

Lo niego, efectivamente. Los investigadores, sobre todo los del INAH, debemos ser transparentes. Para tener un diálogo muy abierto se necesita retroalimentación. Independientemente de lo que digan estos compañeros, hay algunos que tienen la capacidad académica para decirlo, otros no tienen la formación para opinar. En México hay al menos con registro oficial más de 55 mil sitios arqueológicos. Hay un sinnúmero de vestigios en resguardo de la federación, en resguardo de nosotros, la obligación en protegerlos, pero ¿cómo hacerlo cuando casi todo el territorio nacional está plagado de vestigios arqueológicos? En el Tren Maya estamos haciendo una investigación, recopilar información y plasmarla en reportes académicos y en estrategias y mecanismos de divulgación.

Sin embargo, más expertos están señalando la destrucción, ¿usted los descalifica?

No descalifico a nadie; cualquier arqueólogo debe justificar su actuación, nosotros somos servidores públicos, porque somos del INAH. Si yo dictamino o si señalo la destrucción de un monumento arqueológico, debo tener los elementos, debo tener una cédula, por lo tanto, un pasante no puede decir algo así, no puede emitir un dictamen. Incluso para que yo diga que algo es arqueológico, debo tener una cédula, sustentarlo.

Los compañeros están dando su opinión, es válida, pero nosotros estamos dando la documentación que nos requieren. No desmiento, pero defiendo mi trabajo y el de los equipos de trabajo que represento. Tenemos toda la documentación de respaldo, lo que hicimos, lo que encontramos y en dónde, ahí están los datos.

Ellos muestran lugares y vestigios dañados, pero usted dice que no pasó, ¿o sí pasó?

Yo le puedo decir el trabajo que estoy haciendo y cómo lo hacemos con el equipo, por eso le estoy presentando datos para que los constate, aquí lo que hay que hacer valer es nuestro trabajo, el Instituto tiene que hacer estos trabajos, los investigadores tenemos una función, podemos estar o no de acuerdo con una obra, pero tenemos que realizar los trabajos acordes a los estándares, a la ética y la técnica.

Yo le puedo mostrar ahora qué monumentos intervenimos y cómo los intervenimos. Yo no soy importante, lo importante son los más de 500 especialistas que han estado detrás de esto. Y sí quiero señalar que los investigadores que usted menciona son colegas, tienen base, tienen sueldo fijo, pero el equipo de campo en el Tren Maya no tiene esas condiciones, están en sol, trabajando, atendiendo, haciendo esos trabajos.

¿Qué condiciones dio el INAH a los arqueólogos en la obra?

¿Hay reportes de malas condiciones de trabajo?

El INAH tiene niveles de investigación, usted puede checar las categorías. Tenemos arqueólogos titulados supervisando a los pasantes, yo hago ese trabajo. Muchos han sido reconocidos como trabajadores eventuales, debemos reconocer eso, no había sucedido en mucho tiempo por cuestiones presupuestales.

Espero que se les reconozca; yo ya tengo 57 años, igual que otros compañeros, y aunque tengamos ganas de hacer las cosas, el cuerpo no nos da, el INAH necesita tener un relevo generacional adecuado. Espero que ellos tengan esa oportunidad.