El mundo de los vivos, gris, oscuro, mezquino, sin música, triste; el mundo de los muertos, coloreado, luminoso, sincero, lleno de música, alegre. El contraste entre ambas “realidades” es el elemento que pone de manifiesto la crítica que Tim Burton inicia con esta película: el mundo de los vivos puede llegar a ser tan despreciable que marchar a vivir en el mundo de los muertos podría ser una opción no tan mala.
¿Puede romperse un corazón cuando ya ha dejado de latir? Victor y Victoria son dos jóvenes hijos de familias ricas al borde de la ruina que deben casarse, pues los padres de cada uno —desconociendo de la situación de los otros— creen que el matrimonio los sacaría a flote. Sin embargo, practicando sus votos nupciales en el bosque, Victor despertará a Emily, una chica muerta que esperaba por un comprometido que nunca llegó.
El argumento, sencillo, basado en un cuento popular del siglo XIX, transcurre en un pueblo ficticio de la época victoriana. Víctor y Victoria —divertida manera de vincular historia, personajes y época— son dos jóvenes obligados a contraer matrimonio.
Obligados por sus padres: los de él, pescaderos que han amasado una fortuna gracias al negocio del pescado, pretenden ascender socialmente casándose con Victoria, hija única de una familia de la alta sociedad; los de ella, aristócratas arruinados, pretenden aprovechar la riqueza de los pescaderos para enjugar deudas y salir de la bancarrota casándola con Víctor, hijo único también.
Los dos jóvenes se conocen y se gustan, y lo que era un enlace arreglado se convierte en una historia de amor auténtico. Pero un error absurdo llevará a Víctor a casarse con la novia equivocada. Una chica muerta y al que Víctor le coloca la alianza de matrimonio. Un equívoco terrible que arrastra a Víctor al mundo de los muertos. Allí descubre que el mundo de la ultratumba no sería tan horroroso si no fuera porque su prometida, Victoria, no está con él.
Tim Burton y su mirada crítica abre los ojos de los espectadores para que miremos qué hay detrás del decorado de las vidas que se construyen sobre las falsas apariencias. Burton nos lleva de la mano y nos enseña no sólo que nada es lo que parece, sino que a menudo es todo lo contrario.
Contrapone así la imagen idílica que se presupone a la familia, y retrata unos adultos egoístas y superficiales dispuestos a todo para preservar sus intereses. En este sentido, El cadáver de la novia es una reflexión crítica interesante sobre el lado oscuro del mundo de los adultos, y sobre el comportamiento de estos que puede ser más aterrador que el más horroroso de los fantasmas.
El contraste entre el mundo aburrido victoriano de los vivos con el pintoresco mundo de los muertos ofrece momentos muy divertidos para los adultos. Esa mirada Burton del tema llena de identidad a muchos de sus trabajos. La música de Danny Elfman (miembro claro del plantel permanente del equipo del cineasta) es buena. La secuencia de la introducción está muy bien cuidada como para llamar la atención del espectador.
La historia tiene un formato similar al típico cuento de hadas con un final conmovedor y escenas que rememoran a otros clásicos del director como El joven manos de tijera o, cómo no, El extraño mundo de Jack. Realmente crea un “shipeo” peculiar entre Emily y Victor, la escena del piano me parece mejor que todos los momentos del protagonista con Victoria juntos. Las partes con las familias de ellos y el villano son bastante aburridas, eso sí. Aunque puede ser que la idea sea esa, ya que los vivos son muy insustanciales en este film. Además, creo que hay canciones que sobran, como “Lágrimas que derramar” o “La canción de la boda”; al menos no distraen o arruinan lo bonito de éste.
El cadáver de la novia es ya un clásico de Halloween para muchos. Y tiene muchas razones para serlo. La bonita atmósfera, animación y diseño muy cuidados, una protagonista muy carismática con un cierre emotivo y todos esos toques que a los seguidores de Burton les pueden encantar sin dejar de ser familiar dan un producto ideal para ver y que ver gusanos, arañas, muertos y algo de humor negro no den miedo pero sí entretenimiento.
Sin duda, es una de esas cintas de animación que consiguen transformarse en un gran cuento y, como las mejores obras de ficción, siempre puede ser contada cuando más lo necesitemos, aunque nuestro corazón esté roto y ya haya dejado de latir o llevemos tanto tiempo en las sombras que hayamos olvidado la hermosura de la luz de la luna.
Un éxito financiero
El filme tuvo un costo de 40 millones de dólares y tuvo una recaudación de 118.1 mdd, lo que la posiciona por encima de Los Boxtrolls (109 mdd) pero detrás de Piratas (123 mdd). La filmación tardó alrededor de 55 semanas. Solo para lograr el parpadeo de Emily fueron necesarios de hasta 28 fotogramas.
Talentoso elenco vocal
Las voces detrás del elenco principal son Johnny Depp, Helena Bonham Carter y Emily Watson; algo que es de bastante agrado para muchos fans, ya que la dupla entre Depp y Bonham Carter se ha vuelto icónica en el mundo del cine, pues los hemos visto en Charlie y la fábrica de chocolate, Alicia en el País de las Maravillas, Sombras tenebrosas y El Llanero Solitario.