La primera forma de homenaje que la obra Par de comodines, de La Gran Pompa, rinde a Anatoli Lokachtchouk, quien fuera director artístico y fundador del Escuadrón Jitomate Bola es en el propio trabajo “como alumnos y discípulos suyos que hemos sido. Se trata de representar un espectáculo que acumula todos los aprendizajes que tuvimos de él.
“Simplemente es representar un espectáculo que acumula todos los aprendizajes que tuvimos; con él aprendimos todo el lenguaje del arte del payaso o ‘clown’”, explica Valerio Vázquez, miembro fundador de La Gran Pompa.
“Probablemente el público no verá una función de circo, en toda la grandilocuencia que tiene un circo, pero ese lenguaje está en la esencia de todo. Este es un montaje en memoria de Anatoli Lokachtchouk, de las enseñanzas que nos transmitió y vienen de una tradición antigua”, abunda y recalca que Par de comodines se inspira, en parte, en los espectáculos circenses de mediados del siglo XX, mientras que otras son rutinas originales.
La obra apuesta por el l humor que se germina tras los trucos, acrobacias, malabarismos, magia y demás recursos. “Este es un espectáculo de una hora, inspirado en ello. La iluminación, tan minuciosa, nos ayuda a generar el ambiente y acentuar ciertas cosas”, detalló.
En escena entra una pareja de payasos con el pretexto de la pantomima histórica de Guillermo Tell, la cual consiste en atravesar con una flecha una manzana en la cabeza del compañero. Con este detonar surge una serie de situaciones donde uno de los dos payasos debe realizar ciertas hazañas. Y así, también, va detonando, uno a uno, los actos o escenas con momentos de malabarismo, acrobacia y magia.
“De esto, justamente, deriva el nombre de la obra porque, al final de cuentas, es una función de circo donde no hay más que dos artistas que funcionan como comodín para entrar, rellenar y hacer a los payasos en la tradición del circo, es lo que aprendimos con el maestro Lokachtchouk”, refiere.
Par de comodines explora, además, las perspectivas encontradas en las que la gente cree que tiene la razón. “Quienes creen que el mundo es como ellos lo ven”, dice Vázquez.