Nacido en la remota localidad de Aracataca un 6 de marzo de 1927, Gabriel José García Márquez creció rodeado por la magia y los colores del caribe colombiano. Desde temprana edad, encontró su refugio entre las letras y cursó sus estudios en San José, posteriormente, se mudó para estudiar el bachillerato en el Colegio Liceo de Zipaquirá y comenzó su carrera en la Universidad Nacional de Cartagena en 1947.
A pesar de haber entrado a la Facultad de Derecho de la institución, García Márquez decidió dejar a un lado la universidad para seguir su pasión y dedicarse al periodismo, pero fue hasta después del asesinato del político, escritor, caudillo y líder del Partido Liberal Colombiano, Jorge Eliécer Gaitán, que comenzó a escribir para El Universal, uno de los periódicos más influyentes de Colombia, en donde publicó su primer artículo en mayo de 1948 bajo la supervisión de Clemente Manuel Zabala como su jefe de redacción.
Posteriormente, comenzó a colaborar con otros diarios como El Espectador, El Nacional, y se convirtió en columnista de Punto y aparte en El Universal y para “La Jirafa” en El Heraldo, pero a pesar de que el periodismo fue lo que indujo al mundo de la escritura, su carrera estaba recién por comenzar. En 1955, publicó La hojarasca, su primera novela, y ese mismo año viajó a Europa, en donde vivió en Ginebra, Roma y París por unos años.
Tres años después, en 1958, volvió a Latinoamérica y se mudó a Venezuela para retomar el periodismo. Asimismo, su vida amorosa dio un giro al contraer nupcias con Mercedes Raquel Barcha Pardo, con quien concibió a sus hijos Rodrigo y Gonzalo. Durante esa etapa, vivió en Cuba, Nueva York y México, en donde escribió su primer guión cinematográfico para la adaptación de El gallo de oro, la película de 1964 inspirada en la novela homónima de Juan Rulfo.
Con su incursión en la escena literaria continuó trabajando como periodista, y en 1967 publicó Cien años de soledad, alcanzando el éxito tras su lanzamiento. Después de colocarse como uno de los novelistas del momento, regresó a Europa para vivir en Barcelona hasta 1974, y tan solo un año después, se mudó nuevamente para revistar algunos de sus lugares favoritos y asentarse en México, Colombia, Cuba y París. En 1990, nació su hija Indira Cato, como fruto de la relación que mantuvo con la periodista Susana Cato.
A lo largo de los años, su trabajo lo hizo acreedor de reconocimientos como el Premio Rómulo Gallegos en 1972 por Cien años de soledad y el Premio Ariel al mejor guión cinematográfico por las cintas Presagio en 1974 y El año de la peste en 1980. En 1982, recibió el Premio Nobel de Literatura y se colocó como uno de los exponentes literarios más influyentes de la historia.
Tras este triunfo, continuó escribiendo y publicó títulos como Memoria de mis putas tristes y Yo no vengo a decir un discurso. Falleció a los 87 años en la Ciudad de México, el 17 de abril de 2014, como consecuencia de cáncer linfático, una condición con la que luchó durante más de una década.
Tan solo basta con leer el trabajo del periodista colombiano para notar lo que inspiró a Gabriel García Márquez a escribir, pues a través de sus nostálgicas remembranzas plasmadas en papel, el autor se ha encargado de mostrarnos nuevos mundos. Desde niño, le gustaba escuchar anécdotas de guerra e historias acerca del romance de sus padres, dos elementos que plasmó en la mayoría de sus escritos.
Entre sus pasiones, la música era un pilar muy importante y en más de una ocasión, expresó su afinidad por el vallenato, un género de música que fusiona sonidos africanos, árabes, indígenas y europeos. Otra de las cosas que influenciaron al autor fue la tradición, y es que al crecer en un continente como América Latina, en donde la magia y las leyendas forman parte de lo cotidiano la explosión de cultura que impregna en la atmósfera es imposible de ignorar, aunque lo que más influenció en su trabajo, fueron los coloridos paisajes y experiencias que vivió en su pueblo natal de Aracataca y los lugares en donde ha vivido, así como su profesión de periodista que despertó su interés por la situación política de su país, dando como resultado una serie de relatos colmados de realismo mágico inspirados en su particular visión del mundo y la remembranza de su vida en cada etapa.